Tengo miedo de que todo esto que nos esta pasando sea un sueño y que un balde de agua fría me despierte. Somos todos tan felices que de vez en cuando dudo un poco y una sola pregunta da vueltas en mi mente... ¿van a volver? Mi tío falleció, tres días después de la vuelta de nuestra luna de miel. Nos llegó esta noticia, ninguno se puso triste, ni tampoco festejó. Simplemente surgió un silencio en todo el comedor. Fue un momento bastante incomodo, fueron años muy duros, de muchas pérdidas, de muchos maltratos, de mucha mala energía.
Pero luego de sufrir por años y que ahora este todo más que bien, me cuesta creer. Me cuesta estar bien del todo, me cuesta disfrutar de todo. Siempre estoy a la defensiva, estoy alerta, esperando el choque, el encontronazo, alguna noticia horrible.
Todo está muy calmo para mi gusto, esto se lo comenté a Bastián. Él me dice que todo está perfecto, que al fin estamos en calma, que nada puede pasar y quiero creerle; pero no puedo. Pero no soy la única que está en "estado alerta", Olivia y Sofia también lo están.
Pero bueno, creo que nos tenemos que acostumbrar a la paz, como dice mi hermanito Brando.
Por otro lado estoy muy feliz, estamos esperando un hijo con Bastián. No podemos creerlo, Serena está muy entusiasmada, mis cuñas no pueden más del amor y mis hermanos esperan ansiosos a su sobrino. Pero... no soy la única que está embarazada, Sofi nos dio la agradable noticia a todos el fin de semana pasado, están esperando un hijo con Franco. Todos saltamos de la alegría. Iba a esperar a los tres meses para contarlo, pero no se lo aguanto. Está muy feliz, es su primer hijo y lo esperan muy ansiosos. Franco no la deja hacer nada, quiere que se quede quieta y que nada dañe al bebé.
Ya pasaron ocho meses desde que nos casamos con Bastián, todo está mejor que antes. En la convivencia nos llevamos increíble, con los cuidados de Sere igual. Cada día recuperamos más el tiempo perdido, cada caricia, cada "te amo", cada abrazo, cada mirada. Serena está feliz y hermosa, ahora que va a tener un hermanito está feliz, ya quiere cuidarlo, quiere que duerman en la habitación.
Al principio pensamos que quizás se iba a poner celosa, pero no fue así, para nada. Nos sorprendió mucho su actitud, su respuesta. Al fin somos una hermosa familia feliz, cada uno está en su lugar feliz, cumpliendo el rol que le corresponde.
Respecto a lo laboral, estamos bien; manejando las empresas con mucho entusiasmo y dedicación. Queremos dejarles herencias a nuestros hijos, esta es nuestra empresa familiar y queremos que todos la cuidemos, o eso intentamos inculcarle a nuestros hijos. Todavía Sere es chiquita al igual que mis sobrinos, pero el día de mañana este hermoso imperio que construimos con mis hermanos y cuñadas, les quedará a nuestros hijos. Y todos tenemos que respetarlo, aquí nadie quiere peleas, discusiones, malos tratos.
Deseamos que nada de eso suceda cuando ya no estemos aquí. Es muy pronto pensar en esto ahora, recién tengo 39 años. Pero uno siempre tiene que estar preparado y tiene que cuidar los valores de su familia. Fue lo único que nos pidió nuestra madre cuando partió. Y por lo menos por mi cuenta pienso cumplirlo.
-Vera tenemos que salir ahora -Bastián me habla desde la cama. Vamos a ir a cenar todos a un restaurante. Obviamente me estoy terminado de bañar y no llego, pero por suerte mi marido me tiene mucha paciencia. Serena está en la casa de Brando jugando con sus primos. Solo somos nosotros dos, mi vientre cada día se nota un poquito más. Estoy de cuatro meses, engorde unos cinco kilos ya. Estoy hecha un hipopótamo, no quiero que Bastián me mire, que me toque. No quiero darle rechazo.
Pero no sé qué me pasa, estoy comiendo el triple de lo que comía antes. Pero saben que es lo peor, es que soy feliz mientras como, me encanta comer muffins, budines, sanguchitos, harinas. Es horrible, pero en el momento que como todo eso no me siento culpable. Pero el bichito de la culpa me agarra cuando estoy parada frente al espejo, en ropa interior, viendo lo deforme que estoy. Viendo mis rollos, viendo mis colgajos. Bueno... estoy exagerando un poco...
La puerta se abre y entro en pánico, Bastián está parado. Automáticamente me cubro con una toalla y lo miro asustada.
-¿Qué ocurre princesa? -Bastián se acerca y me toma de la cintura. No quiero que sienta mis rollos.
-Nada Bastián, ahora me voy a cambiar rápido así no llegamos tarde.
-¿Me parece a mi o mi esposa me está evitando y se está escondiendo de mi? -escondo mi rostro en su cuello.
-Estoy deforme y no quiero que te asustes.
-No estas deforme, estas hermosa y me tienes completamente enamorado.
-No me mientas, vos viste los rollos que me salieron, estoy comiendo sin parar. Tengo colgajos, tengo papada.
-Para mi estas hermosa, tenes unas curvas bellisimas y no olvidemos que estas embarazada y es por eso que tenes pancita princesa.
-Esta conversación no va a llegar a ningún lado. Me voy a cambiar cariño -él es hermoso y todo lo que me dice solo lo hace porque me ama. Siempre tuve algún que otro problema de autoestima, pero creo que estoy en mi peor momento.
-Esta conversación no termina así, sos hermosa y estas hermosa. Me encantan tus curvas, tus rollitos, tus pechos, tu trasero, tu piernas, tus manos, tus uñas, tus ojos, toda tu. Estoy jodidamente enamorado y digas lo que me digas no me vas a cambiar de opinión.
-Te amo.
-Y yo también te amo y sos hermosa.
No me deja contestar, simplemente toma mi rostro y deposita un suave y dulce beso en mis labios. Sus manos toman las mías, la toalla que me cubría se cae al suelo. Me tenso un poco, comienza a darme caricias en toda mi espalda.
-Sos hermosa -simplemente pienso "ojalá".
-Vos sos perfecto y mío.
-Así se dice cariño, ahora ve a vestirte mientras que me doy una ducha rápida.
-Si señor.
Cuando llego al vestidor me encuentro con la duda de siempre... ¿qué me pongo?
Escojo unos pantalones negros anchos, de esos que se usan ahora. Tomo una remera blanca ajustada y la meto adentro del pantalón. Escojo unas zapatillas muy cancheras y ya estoy lista. La noche en Valencia está perfecta para este outfit.
Vuelvo al baño para maquillarme, cuando entro Bastián ya había salido de la ducha. Él si que tiene un cuerpo espectacular y eso que ya no entrena como antes. Su espalda está hermosa y ancha como siempre, sus abdominales intactos, sus brazos fuertes y protectores.
-Pero que preciosa está mi mujer -cada vez que lo escucho decir "mi mujer, mi esposa" me encanta. Simplemente le sonrío y le doy un beso en esos labios carnosos que tanto me gustan. Luego de un par de besos más, cada uno termina de prepararse para esta cena familiar.
Extraño mucho a Sere y ya quiero verla. Así que ahora soy yo la que apura a Bastián, últimamente las hormonas me están complicando un poquito la existencia... de un momento a otro mi humor cambia, me río, lloro, comienzo a extrañar a la gente, me agarran ataques de amor y lo lleno de besos a Bastián. Y mis hermanos no se quedan atrás, cada vez que los veo me les tiro encima y los llenos de besos o los llamo cuando los extraño. Ellos se ríen de mis cambios de humor, pero ya me sufrieron cuando estaba embarazada de Sere, ahora estoy elevada a la décima potencia.
♡♡♡
♡Bonitas y Bonitos míos de mi corazón♡
Lamento la tardanza... tuve una semana complicada. Pero aquí estamos con un capítulo nuevo, me parece que esta historia está llegando a su fin...
Quisiera saber ustedes que opinan...😘Los adoro y les dejo muchos besos llenos de amor😘
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DESTROYED
RomanceTercer libro #SAGABONITA Esta historia es sobre Vera Harrit, la hermana de Brando Harrit. Vera, una joven de 27 años con una hija de 7 años llamada Serena; y su pareja de 28 años, Emanuel, un joven empresario. Bastián, joven arrogante de 28 años...