Capítulo 25

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Ya pasaron siete días exactos luego de ver a Bastián en el Starbucks. Ese mismo día quedé un poco descolocada, no puedo creer que lo volví a ver luego de tanto tiempo, y con su mujer. Pensar que yo soñaba en estar así con él dentro de unos años, casados, yendo a tomar un café o lo que sea. Pero no fue así, la mujer es preciosa, es malditamente perfecta. 

Pero no quiero torturarme más con esto, ya pasó, ya lo vi, ahora debo continuar. Sé que siempre que lo veo en alguna noticia,  o en este caso en vivo y en directo, digo lo mismo; pero cuesta continuar cuando aparece por todos lados. 

Comenzar a trabajar en la empresa ayudó bastante, ya que mi cabeza se encuentra ocupada en el trabajo. Luego cuando regreso por la tardecita noche, estoy con mi hija y solo pienso en ella; y en hacer todo lo posible para que sea feliz y nunca le falte nada. 

Me encanta mi trabajo, mi jefa es una señora muy buena, me siento súper cómoda trabajando ahí. Me hice dos amigas en el almuerzo y son un amor. Le debo una gigante a mi tío Robert. Sofi se encarga de cuidar a Sere y hace un trabajo estupendo, Sammy está a full con la facu y Lucas ya tiene su nuevo taller. 

Brando como siempre desaparecido, solamente lo veo un ratito a la noche
En cambio Franco me manda mensajes y siempre está al pendiente de mi. No puedo quejarme de los amigos y hermanos que tengo. 

En este momento, me encuentro en el ascensor bajando para ir a almorzar. A mis amigas nuevas hoy no las vi, quizás las veo en el vestíbulo. Por lo general vamos a comer a un barcito que está a la vuelta del edificio, pero hoy podría cambiar de lugar. 

Una vez que llego al vestíbulo, no las encuentro, y no nos pasamos los celulares... Así que decido ir por mi cuenta a comer algo. No quiero ir al mismo  de siempre, hoy quiero cambiar. Observo las calles y veo un pequeño restaurante, tiene algunas mesas libres, sin pesarlo mucho más me encamino a su entrada.  

Es lindo, por dentro su decoración es sencilla, pero lo que más me gustan son las lucecitas que iluminan el local. Observo una mesa vacía al lado de la ventana.

Un muchacho joven se acerca a mi mesa y con una sonrisa me saluda.

-Hola, te dejo la carta, vuelvo enseguida.

Observo la carta con atención y decido pedirme el menú del día. El muchacho tomó el pedido, aprovecho para llamar a Sofi y preguntarle como está mi gorda. Justo cuando cuelgo la llamada observo un rostro conocido que se acerca a mi. No puedo creer que esté acá.

-Princesa.

-¿Qué estás haciendo aquí?

-Te vi y no pude conterme.

El mozo interrumpe nuestra charla y me entrega mi almuerzo, tiene un olorcito delicioso.

-Pensé que volvías esta semana, Ema.

-Decidí quedarme unos días más para ya inscribirme en la facu y así poder empezar. 

-Al final, ¿por qué te decidiste?

-Empresas.

-Sigues el camino de tu padre por lo que veo.

-Lo hago por mi madre, estará más tranquila si yo me encargo de la empresa cuando mi padre se jubile.

-Lo imaginé.

-No me disgusta igual la carrera.

-Pensé que ibas a estudiar medicina.

-Esa será mi carrera frustrada.

-Entonces...¿cuándo te vuelves?

-Ésta noche

-Espero que nos podamos volver a ver pronto, ya te extraño.

-Yo también pequeña. Quizas si las cosas van bien, dentro de dos meses nos venimos a vivir con mi amor aquí.

-Me alegra escuchar eso Ema, me encanta verte feliz.

-Y tu...¿cómo estás?

-La verdad...un poco mal, pero voy mejorando. La semana pasada me encontré a Bastián en el Starbucks, estaba con su mujer, fue horrible Ema. Lo único que pude hacer después de verlo fue llorar y lamentar.

-Ay princesa, no sabía que había sucedido esto. Me hubieses dicho y me iba para tu casa.

-Estaba con Sammy y también con Serena.

-¿Vio a la beba?

-No lo sé, yo cuando lo vi a él estaba sola.

-Bueno pequeña, ya sucedió, ahora tenemos que seguir adelante y sabes que siempre voy a estar para lo que necesites.

-Te amo Ema.

-Yo también peque.

Luego de nuestra pequeña charla, terminé mi almuerzo; pedí un pequeño postre para cambiar el gustito. Miro por la ventana y observo a la gente pasar, veo como cada uno está concentrado en su mundo sin mirar al otro, caminan y van enfrascados en sus pensamientos.

-Su postre.

Tremendo mi pequeño volcán de chocolate. Observo la hora y debo apurarme, lo como un poco rápido y luego pido la cuenta.

Mi jefa cuando viene de almorzar le gusta tomar un pequeño café negro, enfrente de la editorial hay una tienda de café exquisita.

Luego mi día continúa igual que los anteriores. Tengo juntas y entregas que arreglar, llamados que atender y mails que enviar.

A las cinco de la tarde me marcho y voy volando a casa, así puedo estar tiempo con mi pequeña.

Antes de ir a casa paso por el super para comprar unas cositas para la cena y desayuno. Veo unos juguetitos para bebé y se los compro a mi pequeña, creo que tiene muchos juguetes pero bueno, me encanta comprarle chiches y esas cosas.

Cuando llego a casa me sorprende ver a Brando con Serena dormidos en el sillón, Sofi seguro se fue cuando vino Brando. Intento hacer el menor ruido posible y acomodo todas las cosas.

-No te escuché llegar enana.

-Brando me asustaste.

-Lo siento -se acerca y nos damos un abrazo.

-Voy a preparar la cena, ¿quieres algo en especial?

-Lo que hagas será increíble.

-¿No piensas ayudarme?

-Pensaba cuidar a Serena.

-Andá -Sere está durmiemdo y cuando se levante seguramente ya terminamos de comer.

-Ésta noche cocino yo, ve a darte una ducha y luego te quedas con Sere.

-No me gustan este tipo de chistes -lo miro mal.

-No es un chiste.

-¿En serio?

-Muy en serio.

-Te amo.

No escucho la respuesta, me voy directo al baño y decido darme una ducha relajante.

❤❤❤

Holusss
Capítulo cortito, pero quise actualizar algo y no dejarlas esperando.
Espero que les guste y tienen que aguantar unos capítulos más para el reencuentro tan esperado....

Espero que esten bien y les dejo muchos besos😙😙😙😙



















DESTROYEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora