Capítulo 59

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Bastián

Soy el hombre más feliz del mundo. Son las únicas siete palabras que repito en mi mente hace ya casi dos años. Tengo una familia hermosa, tengo a la mejor esposa del mundo, tengo una hija hermosa y un pequeño en camino.

 ¿Qué más puedo pedir?

Es lo que siempre soñé desde que la vi a Vera aquella vez cuando eramos jóvenes. Sufrimos por muchos años, anhelando, fantaseando, deseando cosas que pensábamos imposibles. Pero luego de esa tormenta, aquí estamos todos juntos, felices y llenos de amor. 

Finalmente me case con la mujer que amo, con la mujer de mi vida, con la luz de mis ojos; mi hermosa Vera. Me llevé un enorme tesoro y pienso cuidarlo hasta el infinito, a ella y a mis hijos. 

Me transformó en un hombre Vera, siempre estuve metido en cosas oscuras, juegos clandestinos, picadas, drogas. No me importaba nadie más que yo, y cuando la conocí mi mundo cambió y quise ser un hombre para ella. Quiero ser su príncipe azul, quiero ser el hombre de su vida. También están mis hermosos hijos, Serena mi sirenita hermosa. Y estamos en la espera de mi muchachito Francisco, nuestro segundo hijo, tan esperando. 

Vera está hermosa con su pancita que cada día va creciendo más y más. Por momentos me pongo a pensar cuando Vera estuvo embarazada de Serena. Me hubiese encantado estar ahí con ella y para ella. Vivir el día a día, comprarle chocolates, cumplir con todos sus antojos, hacerle masajes en los tobillos, cuidarla siempre. Pero bueno, estaba amenazado por el ser miserable de su tío. Y sabía que lo iba a cumplir, ese hombre siempre cumplía con su palabra; no pensaba arriesgarme.

Pero ahora cumplo todos sus antojos, le doy masajes en sus tobillos, vamos a las tiendas y compramos ropita, la cuna, juguetes. Y cada momento que pasa, cada día es increíble e inolvidable. La primer eco, cuando escuchamos su corazoncito, la primer patadita, todo el tiempo le hablo y le digo cuanto lo amamos, cuanto lo esperamos. 

Son momentos únicos y hermosos. Serena espera con muchas ganas a su hermanito, está muy emocionada y ella también le habla, le hace dibujitos, ordena sus muñecos. Es tan dulce  mi pequeña sirena, estoy orgulloso de la hija que formo mi mujer. Es mucho más madura que las niñas de su edad y se que es por todo lo que pasó. Vera siempre la cuido y yo también lo hice, siempre las cuide a ambas. Pero se que ella se da cuenta de todo y siempre se dio cuenta que tenía custodios en todos lados. Ella sabía que su madre le había designado tres muchachos de la misma empresa de Brando. Pero para mi eso no era suficiente, entonces mandé cinco más y ella los reconoció a todos. Obviamente ella no sabía de mi existencia ni que yo mandaba a esos hombres, pero se que sabía que no eran de su madre. 

Una vez me lo preguntó y  le dije que la cuidaba desde el momento uno, jamás dejé de hacerlo. Y eternamente pienso hacerlo. 

-Bastián, se suspendió la reunión de las once y media -mi asistente aparece por la puerta de mi oficina. Esa noticia me puso muy contento. 

-Programala para la semana que viene, por favor.

-Claro.

Pienso darle la sorpresa a mi esposa, esta mañana nos costo mucho separarnos, pensaba suspender la reunión. Pero quiero ser profesional, Vera lo entendió pero me pidió que regrese cuanto antes, últimamente mi princesa está muy cariñosa. 

Así que Bastián ponte las pilas que tu mujer te espera, me digo a mi mismo.

Luego de casi una hora y media, terminé de hacer todo el trabajo pendiente. Le informo a mi asistente que me retiro, le deseo un buen fin de semana y me voy de la empresa con una sonrisa en mi rostro. 

-Cuñadito -escucho la voz de Brando grave, giro mi cuerpo y ahí está mi hermano de la vida. Mi cuñadito.

-Seguís siendo un pendejo -ya casi tenemos cuarenta años... dicen que nunca hay que perder el niño interior.

-Lo siento señor maduro -ambos vamos hacia el ascensor. Le doy un pequeño golpe con mi puño.

-Tengo ganas de visitar a mi pequeña Sere, pensamos ir con los peques el finde. ¿Qué me dices?

-Obvio, hacemos una rica comida. Sere te extraña y tu hermana está muy cariñosa... 

-¿Se pone un poquito densa, no? -ambos nos reímos.

-Si, pero me tiene complemente encandilado. 

-Te entiendo perfectamente, los años pasan y sigo igual o más enamorado de Olivia. 

-Finalmente lo logramos Brando, pensar que eramos unos desastres. Ahora somos padres de familia, estamos complemente enamorados de nuestra mujeres. Vivimos por ellas y por nuestros hijos.

-¿Quién iba a decir que vos y yo íbamos a estar hablando en esto?

-Nadie, pero aquí estamos. Y creo que ahora si podemos decir que somos felices.

-Extremadamente felices -ya estamos en el estacionamiento, nos dirigimos a nuestros autos. Seguimos hablando un poco más y nos despedimos con un abrazo enorme y muchas palmadas en la espalda. 

Antes de arrancar el auto, le contesto los miles de corazones que me envió Vera por WhatsApp. Es tan dulce, esta pequeña me descongelo mi corazón y ahora soy un hombre muy tierno. Jamás fui cariñoso, al contrario, siempre fui un chico frío, nunca fui tierno. Mejor dicho esa palabra, esos gestos, nunca estuvieron en mi vocabulario. Pero aquí estoy, enviando corazones por doquier, diciendo cosas tiernas. Esta mujer hace milagros.

Antes de llegar a casa paso por el supermercado y hago algunas compras, algunas galletitas para mi pequeña, cosas de limpieza, algunos dulces para mi princesa. Anoche tenía antojo de dulces y se comió casi todos los de la despensa, necesito reponer. Además admito que yo también como algunos. 

Según ella está hecha un hipopótamo, pero nada que ver. Esta jodidamente hermosa, con sus curvas infernales y su hermosa pancita que contiene a mi hijo. Pero como todo el tiempo está con el tema de la comida y los kilos. Hice un pacto con ella, obviamente no está de acuerdo. Pero bueno lo hago igual, como lo mismo que ella come y engordamos los dos. Repito que para mi está jodidamente hermosa, en su mejor momento.

Volviendo al presente, guardo todo en el baúl del auto y me voy a casa. No hay mucho tránsito, el viaje es bastante corto. Cuando llego a casa el personal me ayuda a bajar las cosas del auto, todavía Serena no vino del colegio y me informaron que Vera está en el dormitorio. 

Subo las escaleras y me dirijo a nuestra habitación. Abro despacito la puerta y efectivamente esta ahí mi bella durmiente, está muy dormida. Sin  hacer mucho ruido me coloco a su lado y comienzo a darle pequeñas caricias en su cabello. Noto que sus ojitos se mueven un poco. 

-Bastián.

-Princesa.

-Llegaste mi amor -sus ojos siguen cerrados, con sus brazos busca los míos y se pega a mi. Coloco mis manos alrededor de su cuerpo, deposito besos en su cuello y siento como se le eriza la piel. Una pequeña risa se le escapa y me da besos pequeños y llenos de amor.

-Te extrañé princesa.

-Yo te extrañé un montón. Quiero que te tomes la licencia de embarazo conmigo cariño, quiero que estemos juntos todo el tiempo -se me escapa una risa y ella me mira con su cara de enojada.

-Claro cariño, me tomaré el año de embarazado.

Vera comienza a reírse y  eso para mi es hermoso. 

❤❤❤
Holiss

Nuevo capítulo, espero que les guste💙 muchas gracias por sus lindos mensajes, por su cariño, por leer💙

💋Les dejo muchos besos💋












































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