—Qué vergüenza me vio jugar con la comida, y no solo fue él, también me vio el señor Harrison que se supone es mi abuelo y esos hombres. ¿Qué hacen todos aquí? Eso fue muy vergonzoso, parecían tan profesionales y serios que me sentí fuera de lugar. —Digo desde mi escondite cubriéndome los ojos, lamentándome desde lo más profundo.
—El señor Harrison es una persona muy comprensiva, y esos hombres, son amigos de Blake. Uno es su socio en la empresa, otro es dueño de varios hospitales y farmacias además de vender equipo médico y el otro es dueño de una empresa de seguridad e investigación. —Explica ella y se pone a mi altura —. Lo más seguro es que les haya hablado de ti, hasta ayer era un hombre soltero que no conocía de tu existencia. Solo dale un tiempo para que se adapte a la idea de que es tu padre. —Acaricia mi cabello con gentileza y me ofrece su mano para terminar de hacer la cena.
Sonrío y tomo su mano, es muy dulce. Ella termina de hacer la cena mientras me concentro en el postre. Ahora que los ingredientes están en la batidora activo la máquina, y una vez está lista, vierto la mezcla en la tortera y luego lo llevo al horno mientras ella sirve la cena y me recuerda que debo comer. Estoy muy concentrada en mi trabajo, así que Margaret me ayuda a hacer el fondant junto con un poco de merengue para adornar el pastel y así terminar pronto para ir a comer. Una vez todo está listo sacamos el biscocho para que se enfríe y así decorarlo. Como en la cocina mientras extrañamente comienzo a escuchar mucho bullicio venir del comedor, y aunque mi curiosidad me impulsa a ir hacia allá, debo terminar con el pastel hasta que esté satisfecha. Doy unos últimos mordiscos a mi cena y termino mi trabajo. Una vez todo está listo veo mi trabajo con una enorme sonrisa y corto porciones para repartirlos entre todos.
—Veo que tienes todo controlado, ¿ya lo habías hecho antes? —Pregunta Margaret, quién solo estuvo observándome todo el tiempo después de sacar el biscocho.
—Sí, es solo que la repostería me encanta. —Digo sonriente con un poco de timidez.
—Entonces te puedo dejar sola, mi esposo ya llegó y tengo que atenderlo también. ¿Podrás llevar las porciones tu sola?
—Sí, no te preocupes. Gracias por toda tu ayuda. —Digo y ella se despide moviendo la mano.
Mi celular vibra en mi bolcillo avisándome que me ha llegado un mensaje. Verifico que no haya nadie a mí alrededor y saco mi celular para revisarlo. Una gran sonrisa crece en mi cara al reconocer que se trata de mamá:
Mamá dice: Ya estoy en Nueva York para empezar a trabajar, y ya te extraño muchísimo. Por favor compórtate y no hagas travesuras o me molestaré >.<. Te amo Sami :*... Obedece a S.P.I. ;P
Suelto una risita divertida al leer el mensaje de ella. Siempre ha sabido alegrarme el día con sus cualidades únicas, y si a eso le agrego su extraña elección de caritas, creo que está vez mamá se está esforzando de verdad. Rápidamente tecleo una respuesta:
Samantha dice: ¿Que son todas esas caritas? Ya no eres una adolescente mamá compórtate de tu edad :$... Yo también te extraño mucho y me alegro de que hayas llegado bien, y por si tienes dudas, haré que S.P.I. terminé en un hospital psiquiátrico 3>:)
Su respuesta no tarda en llegar:
Mamá dice: Por eso no hay problema, Abu y Madama están a la orden... ¡Y si me comporto de mi edad >:( En fin, te amo descansa mi Sami.
Samantha dice: Tú también descansa, no quiero que desfallezcas del cansancio... Te amo mamá.
Guardo el celular en mi bolcillo y tomo la bandeja. Sé que ella no sabe nada de lo que estoy haciendo, y también sabe que yo no soy ningún angelito, pero esto es algo que debía hacer desde hace tiempo. Me siento culpable por mentirle a ella, que siempre me lo ha dado todo, pero es necesario. Llego a la puerta que divide el comedor de la cocina y respiro profundo antes de entrar de espaldas. No quiero que se den cuenta de que estuve hablando con mamá.
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Mi Padre es un Casanova
Short StoryÉl pestañea y yo también. Tiene una gran mueca de sorpresa en su rostro, y yo no. Solo nos vemos fijamente procesando la información que acabo de soltarle... Toda niña tiene su propio padre. Y yo quería conocer al mío.