Juntos Otra Vez: (Valerie).

180 16 0
                                    

Su corazón se acelera con nerviosismo mientras corresponde a mi abrazo sorpresa, dejándome absorber esa calidez tan natural de él. Estos días en que hemos estado juntos, nuevamente he sentido ese algo que nos hace especiales. Sigo encontrando esa calma y paz tan característica de él. A pesar de lo que me dijo, tengo miedo de ceder a todo lo que dice.

Me separo un poco para verlo a los ojos, al igual que hace años, sus ojos siguen reflejando seguridad en sus palabras. Lleva una mano a mi mejilla haciendo que juntemos nuestras frentes. Lo siento vacilar, querer acercarse un poco más pero sin atreverse a hacerlo. No es la primera vez que estamos en esta posición, y la última la recuerdo bien. Una sola caricia por su parte es suficiente para hacerme perder el sentido de todo, así que, dejándome llevar, rozo su nariz con la mía mientras cierro los ojos y él me besa con lentitud. La textura de sus labios no ha cambiado, y el sentimiento de primera vez vuelve a llenarme mientras siento un rayo recorrerme entera. A medida que el tiempo pasa, sus manos no dejan de acariciar mi espalda escotada enviando una sensación de placer que no quiero que termine, pero la necesidad de respirar nos obliga.

No abro los ojos porque tengo miedo de que si lo hago, puede ser que esté soñando con él cada vez que lo extraño.

—Te amo Val.

El susurro de él hace que mi corazón se detenga un segundo para luego acelerarse a niveles sobrehumanos. Abro los ojos, encontrándome con la realidad de que esto está pasando. Tomándome con sorpresa, vuelve a acariciar mi mejilla mientras sonríe con ternura.

—Te sigues viendo linda cuando te sonrojas. —Dice con voz cálida.

No sé qué decir. Abro la boca y la cierro sin encontrar palabras.

—Valerie, sabes que nunca diría esas palabras. Pero contigo estoy más que seguro de mis sentimientos. Te amo porque eres única y especial. Te amo, porque eres la mujer que quiero a mi lado, y no me veo con alguien más en mi futuro. Pero te amo especialmente porque eres la madre de mi hija.

Escucharle decir que me ama es como un sueño, y no me ama solo a mí, ama a nuestra hija. Sonrío de forma brillante mientras lo abrazo.

Ya tebya lyublyu, Ich liebe dich, Je t'aime, Watashi wa anata o aishite iru, Te amo. —Digo y me separo un poco para verlo a los ojos.

Él sonríe emocionado tomando nuevamente posesión de mis labios aumentando el ritmo cada tanto. Nuestras manos comienzan a adquirir vida propia tocando cada centímetro visible, pero no es suficiente. Sin darme cuenta llegamos a uno de los botes que están cerca y entramos en un camarote, en donde me acomoda sobre una cama sin dejar de besarme. Una ola de calor muy familiar se extiende sobre todo mi cuerpo haciéndome olvidar de todo para concentrarme solo en él. 

Mi Padre es un CasanovaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora