Salgo con Sami de la oficina mientras no dejo de verla. Está tan concentrada en sus pensamientos que ni siquiera se da cuenta. Pareciera que quisiera decirme algo, pero no se atreve, espero que la caminata en el parque la ayude. Suspiro un poco. En estos momentos estoy demás de estresado por el trabajo, ¿cómo pudo haber una confusión? El contrato es claro en cuanto a las prórrogas de pago por las embarcaciones, no puedo extenderlo más. Algo extraño hay en todo esto.
—Blake, ¿está todo bien? —Pregunta Harold.
—Sí. Encárgate de todo mientras no estoy y mueve las citas importantes para mañana. EL resto del día lo pasare con Sami. —Ordeno.
—Claro señor. —Dice y observa a Sami, quién se encoge de hombros con una sonrisa un poco forzada —. Espero todo marche bien.
—Gracias Harold. Hasta luego. —Dice Sami tomando mi mano para apurarnos al ascensor.
Río divertido al ver su acción, ganándome una mirada sorprendida por su parte. Las puertas se abren y ella sonríe, de seguro recordando lo mismo que yo.
—Ahora siento como si hubieran pasado años desde la primera vez que te vi. —Digo acariciando su cabello.
—Sí. Aun así no es suficiente. Quisiera que estas vacaciones fueran eternas. —Dice ilusionada.
— ¿Estás triste por eso? ¿Por qué tienes que volver con tu madre?
—Ella vendrá por mí, siempre es así. Te la presentaré cuando llegue. —Dice sonriendo.
—De acuerdo. ¿Qué quieres comer hoy? —Pregunto cuando las puertas se abren y caminos afuera del edificio.
—Comida griega, hay un restaurante cerca del parque. —Responde emocionada.
—Entonces vamos.
Caminamos un poco hasta llegar al lugar. La entrada consta de media pared azul con columnas blancas, algunas flores fucsias resaltando hasta la puerta de madera. Al entrar, el sitio se encuentra muy agradable con varias estatuas blancas, mesas y sillas de madera, y un servicio excelente. Cuando encontramos mesa, dejo que Sami ordene lo que ella quiera hablando griego de forma fluida. Nunca me cansaré de verla hablar en diferentes idiomas, al fin y al cabo, ella es muy lista y especial.
—Amésos chásete. (De inmediato señorita). —Dice el mesero y se retira.
—Esto es extraño, ¿no estás celoso? —Pregunta divertida cuando ve que no digo nada.
—No. De hecho, estoy muy tranquilo. —Digo mientras nos dejan unas bebidas.
Ella toma su vaso bebiendo el líquido sin dejar de verme con los ojos achinados y río divertido por su expresión tan tierna. Cuando deja su vaso en la mesa, me ve a los ojos con un poco de seriedad.
—Papá, si tuvieras la oportunidad, ¿me alejarías de mamá?
—Nunca lo haría. —Respondo seguro —. Ella ha demostrado ser una buena madre, al ir conociéndote me he dado cuenta de eso. No sería justo de mi parte alejarte de ella, aunque me hubiera ocultado tu existencia por casi quince años.
— ¿Entonces no pelearías con ella por mí?
—Creo que al principio sí. Ahora que te tengo en mi vida, no quiero dejarte ir.
Ella me observa por un segundo y sonríe de forma brillante. Parece que acabo de retirar un gran peso de sus hombros puesto que ahora luce un poco más relajada. Cuando nos traen la comida, conversamos de todo un poco mientras ella cuenta la competencia de surf que tuvieron ella, Tyler y Susana. Río divertido cuando me cuenta que hizo caer a Tyler de la tabla y este casi es violado por las olas. Ella por poco y se vuelve a ahogar con la comida por culpa de la risa, pero aquí estoy yo para cuidarla.
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Mi Padre es un Casanova
Short StoryÉl pestañea y yo también. Tiene una gran mueca de sorpresa en su rostro, y yo no. Solo nos vemos fijamente procesando la información que acabo de soltarle... Toda niña tiene su propio padre. Y yo quería conocer al mío.