Mi Padre es un Casanova

Lo Que Ella Quiere: (Blake).

—Señor Harrison, mi empresa se está quebrando. Por eso necesito un poco más de tiempo. Sé que puedo conseguir el dinero para completar los pagos, pero necesito tiempo. —Dice el dueño de Paradise Tour.

—Hemos sido muy indulgentes con usted por eso, y aunque ha pagado a tiempo, ha sido menos de lo esperado. —muestro unos gráficos —. Según esto, sus números han subido desde que adquirió la segunda embarcación, así que disculpe si no creo que esté quebrando.

—Buen... yo...

—Mejore la administración de su empresa —interrumpo —tiene seis meses para pagar la cuota completa, y si no lo hace, la constructora tomará el control. ¿He sido claro?

—Totalmente. Veré que puedo hacer. —Dice cabizbajo.

—No es "veré", lo hará. —Me levanto del asiento —. Está es su última oportunidad, aprovéchela. —Digo inclinándome sobre el escritorio.

—Sí señor. —Dice y traga grueso —. Será mejor que me retire. Tenga buenas tardes. —Se despide y sale de mi despacho.

Me vuelvo a sentar mientras aflojo la corbata y Harold hace acto de presencia dejando un café en mi escritorio.

—Parece que está de mal humor señor Harrison. —Dice sonriendo burlista.

No digo nada mientras bebo un poco de café y me dedico a ver el paisaje por la ventana. ¿Cómo es que no me di cuenta? El hoyuelo en su mejilla cuando sonreía, los ositos de goma, la costumbre de hablar sola cuando cocina, la increíble percepción de las cosas que suceden a su alrededor, su gusto musical junto con ese talento para componer, sus brillantes ojos azules; todo eso me recordaba a Valerie, de forma inconsciente, pero lo hacía. La respuesta estaba frente a mí, ¿cómo fue que no lo noté? Y hace dos días, cuando vi que se abrazaron, todo quedó claro. Es cierto que Samantha se parce a mí en lo físico y en muchas cosas, pero, en esencia, ella es igual que su madre.

—Valerie ya había tenido novios antes, —digo de la nada, sabiendo que Harold me escucha —, pero ese último que le rompió el corazón... Algo cambió entre nosotros, y solo fue necesario una vez.

—De seguro no sabias que estabas enamorado de ella. —Dice revisando unos papeles.

—Es injusto. Cuando vi a Sam por primera vez pensé en lo bueno que seria que Valerie fuera su madre; lo pensé porque para mí ella siempre fue importante, pero me ocultó la existencia de Sam después de abandonarme. ¿Por qué lo hizo?

—Se lo puedes preguntar esta noche. —Dice sereno

—Si te soy sincero, no me veo capaz de verla de nuevo. —Digo cubriendo mis ojos —. Realmente la envidio por haber estado más tiempo junto a ella que yo.

—Bueno, siempre puedes usar la excusa del trabajo para no ir, pero más te vale estar preparado para ver la carita decepcionada de Sam.

—Es cierto, se lo prometí. —Recuerdo y me entristezco —. Ella no me quiere ver y extraño mucho a mi hija.

—Bueno, eso no es cierto. Solo ha pasado estos días con su madre porque tenían estos meses de no verse, debes ser un poco más comprensivo.

— ¡Hola papá! —Grita ella desde la puerta y me abraza —. ¿Tienes un poco de tiempo para ir a almorzar conmigo?

— ¡Claro que sí! —Respondo emocionado, y cuando la veo reír divertida, me doy cuenta de mi exageración.

— ¿Me extrañaste mucho? —Pregunta burlista, ganándose una mirada seria de mi parte.