Hola!!! Un rápido anuncio antes deque leas el capítulo de hoy. El capítulo anterior lo tuve que volver a subir debido a que faltaba una parte, repito, el capítulo anterior es importante por algo que va a pasar más adelante así que lo volví a subir. Si ya llegaste hasta aquí y no te diste cuenta, entonces ignora está nota y disfruta de la lectura.
Observo sus ojos que miran con curiosidad esperando mi respuesta. No me sorprende que me haya pedido eso. Ya le había dicho que estaría encantado de componer con ella, pero, hay algo que no me deja tranquilo. La última persona con la que compuse fue Valerie, y me gustaba como transmitía los sentimientos a través de sus letras. Pero mi Sami, mi hija tan parecida a mí, ¿seremos capaz de crear la misma magia?
—Si vas a estar muy ocupado, no importa. Podemos pasear por el festival, comer algunos dulces y jugar un rato mientras escuchamos música. Pero quiero ir contigo. —Dice Sam de forma rápida, sacándome de mis pensamientos.
Acaricio su cabello mientras le sonrío.
—Lo haremos Sami, solo déjame arreglar mi agenda para ti. —Digo, consiguiendo que sus ojos brillen.
— ¡¿De veras?! —Dice Emocionada.
Asiento y ella me abraza con emoción mientras ríe divertida.
— ¡Gracias papá! —Grita feliz.
Ella se aparta un poco mientras me ve con culpabilidad, y es entonces cuando recuerdo que le pedí que no me dijera así. Respiro profundo y vuelo atraerla a mí para darle un beso en la coronilla.
—No tienes por qué darlas, eres mi hija y quiero consentirte. —Digo tranquilo, sintiendo como se destensa al saber que ya puede decirme así —. ¿Quieres ver una película?
— ¿De vaqueros y extraterrestres? —Pregunta sonriendo.
—Vamos a la sala de proyección.
Mientras nos dirigimos a la sala, Harold nos trae la comida y Sam lo ve como si fuera su salvador. Río divertido por su expresión y ella me arroja un poco de la comida antes de comenzar a comer. Intento verla con reprimenda, pero su risa alegre no me deja estar molesto mucho tiempo y termino riendo con ella. El tiempo con Sam es más divertido y relajante porque siento que a mi hija no le importa que le muestre mi verdadero yo. Esta pequeña de brillosos ojos azules se ha instalado en mi corazón y no quiere salir. La verdad es que componer no es algo que me atraiga mucho, y menos cuando no lo he hecho desde hace años, pero, si es para Sam, lo haré con mi mejor esfuerzo.
La tos ahogada de Sam me saca de mis pensamientos. Preocupado le alcanzo un poco de agua, después de beberla, golpeo su espalda hasta que su respiración se ha normalizado y me sonríe.
—Gracias, pensé que moriría.
—Eso jamás, mientras estés conmigo, te cuidaré. Además, no debiste comer de forma tan apresurada cuando aún hay tiempo para disfrutarlo juntos.
—Ya lo sé, pero yo quiero aprovechar cada segundo. —Dice en un puchero.
Sonrío divertido por su expresión mientras terminamos de comer con calma mientras ella me relata lo que pasó en su cita con Tyler. Luego nos sentamos a ver la película, y no llevamos ni cinco minutos, cuando Sam ya está profundamente dormida a mi lado. La acomodo en mis piernas para que duerma lo más cómoda posible y le pongo mi saco sobre ella para que no sienta frío y pueda descansar.
—Creo que no me llegó el memo de que hoy se verían películas. —Bromea papá entrando a la sala de proyección mientras ve sonriente a Sami —. Tiene una expresión de felicidad y paz.
—Sí. Nunca pensé que llegaría a... esto. —Digo acariciando el cabello de ella —. Me pidió que compongamos juntos.
— ¿De verdad? Eso sería bueno. Tengo años sin escuchar tu música.
Asiento tranquilo, pensando en la última vez que compuse junto a mi rubita loca. Volvía a casa después de clases. No estaba de buen humor cuando arrojé el bolso a la cama, que terminó en el suelo por la fuerza, y tomé la guitarra. Por esos días Val había estado molesta conmigo y no me había hablado. Tan solo me sentía sin ella que estuve inspirado en la melodía de la canción pero, en la letra, era todo un desastre. Cuando logré hacer las paces, sacrifiqué la oportunidad de estar con ella para que fuera feliz. Si hubiera entendido mis sentimientos en ese momento. Entonces sabría que ver su sonrisa era lo más importante mí. Estaba ensimismado hasta que alguien tocó a mi puerta sacándome de mis pensamientos. Me levanté sin mucho ánimo, y al abrir, me llevé la mejor sorpresa de todas.
— ¿Qué haces aquí? —Pregunté incrédulo al ver a Val en mi puerta.
—Tenemos una canción que terminar, —dijo como si fuera lo más obvio del mundo —, tú y yo, somos un equipo.
—Pero pensé que pasarías más tiempo con Max. —Dije todavía sin poderlo creer.
—Ese era el plan, pero su padre está enfermo, —habló cabizbaja —, y como soy de las que aprovecha el tiempo, vine a verte. —Levantó unas bolsas.
Sonreí animado al ver que llevó burritos para que comamos los dos, aunque a mí me gustaban y a ella no. Me hice a un lado para que ella entrara, e inmediatamente, nos pusimos a trabajar en la canción entre risas y charlas. Eso era algo que me gustaba mucho, ella y yo, como un equipo unido.
— ¿Qué sucede hijo? —Pregunta papá sacándome de mis pensamientos.
—Nada, solo pensaba en Val. Por culpa de ella comencé a componer. ¿Te has dado cuenta de que cada vez que la música entra a mi vida, es por una mujer?
—Claro, pero ambas mujeres son importantes. —Señala a Sam —. Estoy seguro de que con Valerie hiciste muchas obras musicales, pero con Sami harás arte.
—Estoy seguro de eso. —Susurro cuando veo que la película ya ha terminado.
—Es hora de que vayas a trabajar. No quiero tener que descontarte unos pocos minutos. —Bromea viendo su reloj.
—Claro. —Digo sarcástico mientras muevo suavemente el hombro de Sam —. Hija es hora de levantarse. —Susurro consiguiendo que ella abra un poco los ojos.
— ¿Ya terminó? Perdón, me quedé dormida. —Dice tallando sus ojos y luego ve a mí padre —. Hola...
—Samantha, eres cruel. No me invitaron a ver la película —Interrumpe papá con un falso gesto de molestia.
— ¿De verdad? Lo siento.
—Está bien, otro día vemos la película. —Digo y beso su frente —. Será mejor que vayas a la casa a descansar. Te veré en la noche.
—Está bien. —Dice levantándose y se estira para destensar los músculos.
Salgo de la oficina para llamar a Harold y que la lleve a casa. La acompaño hasta los estacionamientos puesto que está más dormida que despierta, la introdujo al auto y ella se despide de mí moviendo la mano. Correspondo a su gesto hasta que pierdo el auto de vista y no tengo de otra que volver al trabajo. Tan solo espero que la tarde termine rápido, quiero llegar pronto a casa.
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Mi Padre es un Casanova
Cerita PendekÉl pestañea y yo también. Tiene una gran mueca de sorpresa en su rostro, y yo no. Solo nos vemos fijamente procesando la información que acabo de soltarle... Toda niña tiene su propio padre. Y yo quería conocer al mío.