Ya es verano, y aunque hace calor, no quiero separarme del cuerpo de mi esposa. Nunca me sentí más feliz de lo que me siento hoy al saber que tengo a la mujer más importante de mi vida a mi lado. Ambos pasamos por muchas dificultades, pero nos hemos reencontrado el uno al otro para poder disfrutar de la alegría que tenemos. Ahora me gusta mucho más llegar a casa, porque tengo una bella hija que me espera para contarme las cosas que hizo en el día.
Sonrío divertido, pues si alguien me hubiese dicho hace un año, que tengo una hija de brillantes ojos azules y que terminaría casado con mi amiga de la infancia, lo hubiera llevado a un manicomio y le hubiera pagado el tratamiento por miedo a su locura. Nunca pensé que esto me estaría pasando de verdad, y me alegro de que ahora estén ambas aquí. Abro los ojos para ver a mi esposa y mi sonrisa se amplía al verla acomodada entre mis brazos con su cabello rubio regado en las almohadas. Acaricio su mejilla con cuidado de no despertarla, pero al sentir mi toque abre los ojos cafés y me regala una sonrisa.
—Buenos días. —Dice ella tomando mi mano para besarla.
—Buenos días, ¿dormiste bien? —Digo acariciando su cabello de forma distraída.
—Mejor que ayer, peor que mañana. Deberíamos ir a trabajar, volvimos de la luna de miel hace un mes y no hemos visitado la empresa. —Recuerda ella con responsabilidad.
—Sí, ya papá me llamó ayer. Pero yo no quiero ir a trabajar, quiero estar contigo y Sami.
—Blake, tenemos responsabilidades que atender. —Insiste ella.
—Puedo convencerte de lo contrario. —Insinúo y ella me sonríe acercándose para besarme.
Unos toques en la puerta llaman nuestra atención y luego se abre para mostrar a Sam con una bandeja llena de comida en las manos. Me levanto para ayudarla, pero ella niega con la cabeza mientras se acerca a nosotros.
—Desayuno en la cama para los mejores padres del mundo. —Dice ella dejando la bandeja en la cama.
—Me hubieras dejado ayudarte, debió ser difícil subir con ella desde la cocina. —Reclamo preocupado.
—No te preocupes tu hija es muy hábil, y si se lastima, la llevamos al médico y ya. —Dice Valerie con tranquilidad mientras toma un tocino y se lo come —. ¿Si vamos a trabajar hoy?
—No quiero, es mejor quedarme en casa otro día más y pasarlo bien con ustedes. —Digo tomando una tostada para untarle mermelada y mantequilla de maní.
—Papá, por mucho que me guste la idea, debes ir a trabajar. —Dice Sami tomando chocolate —. Podemos hacer algo cuando vuelvan del trabajo; escuché que hay una exhibición de autos clásicos en la bahía.
—Siempre me han gustado los impalas, ¿podemos ir a verlos después del trabajo? —Anima Valerie.
—De acuerdo. También me gustan los autos clásicos y más si son de las décadas de los sesenta. —Digo dispuesto.
Smanatha celebra emocionada, y cuando suena su celular, sale de la habitación para hablar con Tyler. Suspiro decaído. Mi hija creció sin mí a su lado, pero ambos ponemos nuestros esfuerzos para recuperar los años que no pudimos estar juntos. Samantha es una chica excelente, y la quiero más cada día que pasa.
—Ella te quiere mucho. —Dice Valerie llamando mi atención.
—Lo sé, es solo que las fotos y videos de cuando era pequeña no le hacen justicia. —Digo tranquilo y Valerie baja la mirada —. Val —tomo su mentón para que me vea a los ojos —eso está en el pasado, lo que importa es el ahora y que las dos están conmigo.
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Mi Padre es un Casanova
Short StoryÉl pestañea y yo también. Tiene una gran mueca de sorpresa en su rostro, y yo no. Solo nos vemos fijamente procesando la información que acabo de soltarle... Toda niña tiene su propio padre. Y yo quería conocer al mío.