Una Broma, Un Problema: (Samantha)

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Papá y yo entramos a la tienda listos para comprar los bocadillos y unas cuantas cosas necesarias para hacerle una pequeña broma a Tyler. La verdad es que no sé porque lo hago, pero, verlo tan risueño con esas chicas, me molestó a nuevos niveles desconocidos para mí. La maldad comenzó a correr por mis venas quemando cada torrente sanguíneo, y saber que tengo el apoyo de mi padre, es un impulso más que suficiente. Sonrío satisfecha al ver las cosas que necesito, así que las tomo y me dirijo a la cajera para que papá pague por todo. Aunque lo perdí de vista un segundo, ya está hablando de forma coqueta con ella mientras esta le corresponde con extraños suspiros que no quiero entender por mi bien mental. Cuando me acerco a ellos, dejo las cosas sobre la encimera, cortando el ambiente que había entre los dos.

—Casanova, ¿no puedo quitarte la vista de encima? —Digo viendo mal a Blake.

Él sonríe divertido haciendo sonrojar a la cajera, quién se gana una mala mirada por mi parte.

—Hija, ¿tan molesta estas que ahora yo estoy pagando los platos rotos? —Pregunta con falso tono inocente.

—Deberías haberte dado cuenta, tú tienes más experiencia que el niño a quien quiero gastarle la broma.

La cajera ríe divertida mientras hace las cuentas ganándose una mirada nada alentadora por parte de ambos.

—Terminemos con esto. ¿Cuánto es? —Pregunta papá sacando la billetera, ignorándola por completo.

—Creo que deberías comprarte unas gafas oscuras para que no te reconozcan. —Sugiera la mujer con maldad.

—Sí, tienes razón ya vuelvo. ¿Podrías mezclar las cosas mientras las busco? —Digo alejándome.

Escucho un suspiro por parte de mi papá y río con malicia. La mujer no es tan mala, pero nunca estará a la altura de mi madre, solo por eso, le daré unos minutos más con mi padre. Encuentro unas de color gris muy bonitos y los llevo a la cajera, donde noto que papá ha guardado el número de ella. Ruedo los ojos y dejo las gafas junto a la cubeta que tiene las cosas ya mezcladas. Papá paga con la tarjeta y salimos para ir al auto. Por suerte, Tyler y compañía está todavía aquí, ganándose una sonrisa malvada por mi parte mientras me coloco las gafas oscuras. Me siento en el lado el copiloto con la cubeta en mis piernas. Papá enciende el motor, se coloca sus gafas y comienza a mover el auto para salir del estacionamiento, una vez en la carretera, acelera a todo lo que da el motor levantando la cubeta para liberar la mezcla que, gracias a mi puntería y las leyes de la física, cae sobre Tyler y todas las chicas. Escucho unos gritos como si fueran música para mis oídos y río divertida junto a Blake mientras vamos de vuelta a la empresa.

Apenas entramos en la oficina, soltamos las carcajadas que teníamos retenidas.

—Eso fue increíble, ¿de dónde nacen esas ideas? —Dice papá divertido mientras escarba en mi cuero cabelludo.

—Deja ya papá. —Digo riendo mientras quito sus manos —. Lo que de verdad me sorprende es que me hayas apoyado.

—Por favor, a tu edad yo era el rey de las bromas pesadas. Claro que no debería presumir de esto frente a ti así que olvida que dije eso.

Río divertida y carraspeo para encontrar la seriedad.

—En los últimos casi quince años de mi vida he visto más salas de castigos y directores que salones de clase, eso sin contar de cuantos me han expulsado.

Deja su mirada sorprendida sobre mí, hasta que ríe divertido mientras niega con la cabeza.

—Se nota que res mi hija. —Acaricia mi cabello.

La sonrisa se borra poco a poco de mi rostro al recordar que pronto todo va a cambiar. Después del festival le diré quién es mi mamá, y espero, ella esté de buenas. Ahora que todo ya está hecho, no quiero que sea contraproducente.

—Sami, ¿está todo bien? —Pregunta papá con suavidad.

—Estoy un poco aterrada, por lo que pase en el —suspiro —festival.

Papá abre unas bolsas de golosinas, de dónde saca un osito de goma color naranja y carraspea.

Gran amo, Sam está aterrada ¿qué haremos?—Dice con la voz pequeña —. Sirviente, creo que debes sacrificarte. —Ordena y carraspea de nuevo —. Claro que si amo, ¿pero seré suficiente?

Mantiene su mirada sobre mí haciendo sonreír y asiento. Acerca el osito a mi boca y lo como riendo divertida.

—No tienes de que preocuparte, yo estaré contigo. —Dice acariciando mi cabello.

—Gracias papá. —Lo abrazo —. Te quiero.

—Yo también te quiero hija. —Dice y besa mi cabeza.

Duramos así unos minutos hasta que me siento más segura. A pesar de que le guardo la verdad, mi padre busca la manera de hacerme sentir segura. Rompo el abrazo para seguir componiendo la canción para el festival, pues no quiero que solo conozca mis sentimientos, quiero que sepa cómo se sentía mamá al pensar en él. Papá empresario se ve muy bien en traje y corbata mientras se expresa con elocuencia y seguridad. Pero más me gusta papá creativo, quién mantiene un aire divertido y serio, dudoso y seguro, dulce y rudo; toda una montaña rusa de emociones que siempre presenta una sorpresa nueva.

Luego de varias horas, logramos terminar la música y la letra para practicarla. Algunas personas disimulaban quedarse cerca para podernos escuchar, y cuando papá los atrapaba viendo hacia la oficina, estos se retiraban con temor haciéndonos sonreír divertidos. Vamos a la casa-palacio para poder practicar un poco más, pero, en cuanto ponemos un pie dentro de esta, una mujer desconocida está hablando con un tono de voz un poco más fuerte de lo normal. Papá se tensa mientras toma mi mano para acercarnos a la fuente de la discusión y me sorprendo al ver a Tyler.

—Esto no se quedará así Margaret, ¡¿dónde está Blake?! —Grita enojada.

—Pues... —Margaret, quién ha soportado los gritos de ella, logra vernos y suspira aliviada.

—Canela, ¿para qué me buscas? —Pregunta papá serio.

Tyler me ve y lleva una mano al puente de su nariz, un gesto que anuncia que se está preparando mentalmente para una humillación y noto el parecido de la mujer con él. No necesito escuchar nada para saber a dónde se dirige está conversación, parece que estoy en problemas por culpa de mi broma pesada. Que novedad.

Mi Padre es un CasanovaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora