Amor prohibido [TERMINADA]

Estoy enamorado de ti Capitulo 23

A la mañana siguiente me levanté con aquellas palabras de Rafael. Habrá alguien para soportar todos tus caprichos?
Bah no tengo porque pensar en las tonterias que ese camarero dice.

Me quedan dos días de vacaciones, que rápido que pasan las vacaciones.
El móvil empieza a sonar. Es Petter.

-Alo??? Dime Petter.

- Buenos días Labinia. Dijo el con mucho ánimo.

- Buenos días. Pasa algo?? Le pregunté yo

- No, te quería invitar a cenar está noche.

- Ah... nose, no me apetece salir mucho hoy. Le respondí yo sin ganas.

- Mañana te vas, me gustaría verte, porfavor, no me niegues esto.

- Está bien, nos vemos a las 20:00h delante de mi casa.

- Allí estaré.

Colgué mi teléfono y me fuí a la ducha. Me quedaba un día de mis vacaciones, porque el siguiente por la tarde ya me marchaba de nuevo a España. Petter tenía razón, tenía que aprovechar el último día de mis vacaciones.

- Labinia, te falta mucho???? Oigo a mi hermana detrás de la puerta.

- Noo, enseguida salgo. Le respondo yo. Estaba en la ducha, me hubiera quedado más tiempo, pero cómo sabía que ella tenía que entrar, me duché rápido.

Al salir me dirigí a la terasa, el sol tan brillante se veía hermoso. El silencio que había me hacía desconectar de todo y de todos. Solo yo y mis pensamientos.
Pensaba el Rafael. En su manera de tratarme. En la manera que pensaba que yo era. He perdido hasta la cuenta de veces que me llamó materialista, consentida, malcriada y mil cosas más. 

El único hombre que supuestamente el, jamás se fijaría en mí. Tantos hombres a mis pies, tantos hombres muriendo por mi, tantos hombres intentando conquistarme y yo encaprichada con este idiota. Que no es más que nada, que un camarero, un simple camarero. Nisiquiera de mi religión.  Nisiqueira sabía porque pensaba en el, porque el para mi no era nadie. Y a más que podía llegar el es a una amistad mia.

Pensando fuí a prepararme un té.

- Hola mami. Hoy saldré con un amigo Petter. Y antes de que digas nada, tranquila! Es de nuestras creencias.

- Vale hija. Estaré más tranquila. Desayunaste??

- Aún no mami, estoy preparandome un té. No me apetece mucho desayunar, tal vez luego.

- Bien, pero desayuna. Me respondió ella levantando la mano, señalándome con un dedo. Acto que entendí como una orden para desayunar si o si.

Me marché a mi habitación, sentada en un sillón, con el té en la mano y en la otra con el móvil mirando las notificaciones que me llegaban. No es por exagerar, pero recibía mas de 30 mensajes de jovenes que vivían en ese pueblo. Saludandome, o diciendome que me han visto por el pueblo o tonterias, en fin, yo los ignoraba completamente a todos. Petter y su hermano éran los unicos diferentes en ese pueblo y con los que quería amistad.

Al cabo de unas horas llegó la hora de la cita. Me arreglé y quise ver lo puntual que es Petter. Y si, llegó hasta antes, yo lo observaba del balcón de mi habitación, en la esquina.