Acepto Capitulo 41

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Labinia

Al llegar a casa, no podía contener mi ira, no sabía el porque de Eduard, porque justamente quería ayudar a Rafael, así que lo llamé.

- Hola Eduard. ¿Como estás?

- Hola amor. ¿Y eso que tu me llamas? Preguntó el sorprendido. Era cierto, nunca lo llamaba, de hecho no soy de las que llaman a nadie, al no ser que tenga algo puntual que decir.

- Bueno, lo cierto esque te quería preguntar sobre la propuesta de

- De Rafael. Me interrumpió el.

- Si, exacto. Respondí yo incomoda apretando mis dientes.

- Acabo de hablar con el. Respondió el con un tono tranquilo.

- ¿Y que dijo? Pregunté yo impaciente saltando del sofá.

- Aceptó . Desdé mañana empieza a trabjar en mi casa, el y su amigo.

- Ah, que sorpresa. Respondí yo sin apenas voz.

- ¿No estas feliz amor?

- Si, me alegro mucho de que lo ayudes. Hablamos mañana. Buenas noches.

- Esta bien. Descansa. Te amo.

Colgué el teléfono, no podía creer en la situación que me encontraba, tenia que hacer algo. De alguna forma tenía que evitar que Rafael trabajara en casa de Eduard.

- ¡Es una locura! No puede estar pasando esto. ¿Porque aceptó la propuesta? Podía hacerla rechazado, no me lo puedo creer.

Me puse el pijama e intenté dormir, pero pasé toda la noche en vela, no pude dormir, no paraba de dar vueltas, miles de preguntas rondaban por mi cabeza. Porque Rafael aceptó la propuesta y porque Eduard quiere ayudarlo...

Al despertar y mirarme al espejo, tenía una cara de zombie que me asombré. - Menos mal que esto lo puedo rectificar con un poco de corrector. Me dije yo tocando mis ojeras.

Al bajar a la cocina al desayuno, mi madre y toda la familia estaban en la mesa.

- Oh, y por fin bajas princesa. Dijo mi madre irónicamente.

- Ay mami, Buenos días. No dormí muy bien. Respondí yo frotandome los ojos y sentandome en la mesa.

- Señorita, aqui tiene su desayuno. Dijo una de las sirvientas.

- Gracias.

- Hija, y ese mejor amigo ¿porque no me contaste nada?

- Mami, no te tengo que contar todo en primer lugar y no estoy de humor. Asi que deja el tema.

- No hija, ese chico no parece ser de familia

- ¿Rica? Le interrumpí yo levantando la voz y mirandola fijamente a los ojos continué: - Ay mamá, en serio, como si eso fuera importante en una amistad.

- Hija, la forma en la que te miraba ese chico

- Mami, ya basta! Me voy a mi cuarto. Me levanté cabreada, cogí mi desayuno y me marché a mi habitación .

- Lo que me faltaba, interrogación por la noche de mi madre, como si no tuviera suficiente con lo de Eduard. Murmuré yo subiendo las escaleras.

Mi móvil empezó a sonar. Era Eduard.

- Alo, dime.

- Hola amor, buenos días, ¿Como estas?

- Bien, muy bien. ¿Y tú?

- Bien, estoy con Rafael y su amigo en el coche, vamos hacía la casa.

- Ah, esta bien. Respondí yo sin saber que responder.

Amor prohibido [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora