Los preparativos Capitulo 49

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Labinia

Entré a mi habitación angustiada, el sueño de Rafael me había hecho pensar en toda la noche.

A la mañana siguiente desperté bastante temprano. Amo dormir hasta muy tarde, pero esa  noche no pude. Esta claro que me había quedado sola en una habitación de huéspedes y Eduard en su habitación, como deber ser.

Me puse la bata y bajé al salon a desayunar. Allí estaba Eduard y su madre esperandome.

- Buenos días amor. Dijo Eduard levantandose de la silla.

- Buenos días. Dije yo al estar cerca de ellos.

Rafael se encontraba en una esquina de pie, observando la mesa por si alguien ordenaba cualquier cosa. Si el supiera que Eduard sabe lo que el siente por mi.... si supiera porque Eduard le ofreció ese trabajo.  Yo lo miré pero rápidamente le quité la mirada.

- Ven hija, siéntate aquí, desayuna algo. Dijo la madre de Eduard  señalandome una silla. Yo lo sonreí cordialmente y me senté.

- Si deseas otra cosa para desayunar, dimelo amor. Dijo Eduard.

- No, gracias. Esto esta bien. Le respondí yo mirando mi plato. Habían unas tostadas con huevo y un vaso de zumo natural.

- ¿Seguro? Insistió Eduard tocandome la mano mirandome y dé reojo mirando a Rafael.

- Te he dicho que si. Desayuno y me voy a casa. Le dije yo quitando mi mano.

- Esta bien amor. Yo te llevo.

- ¡No! Me llevará el chofer. Tienes que ir al trabajo.

- No me importa dejalo por ti. Dijo el sonriente.

- Pero a mi si Eduard. Voy con el chofer y punto.

- Esta bien amor, como lo deseas.

Empecé a desayunar, estabamos todos en silnecio hasta que la madre de Eduard me dijo.

- ¿Como van los preparativos hija? Dijo ella sonriente.

- Bueno... yo.. intenté contestarle yo.

- Nos casaremos hoy mamá. Me interrumpió Eduard.

Rafael al escuchar eso me miró con una mirada muy sorprendida.

- ¿Tan pronto hijo? Dijo su madre asombrada.

- Si mamá , no podemos esperar mas. Queremos estar  de una vez juntos. Dijo Eduard agarrando mi mano. - ¿Verdad mi amor? El me miraba fijamente a los ojos, yo no sabía que responder, Rafael estaba escuchando todo, pero no tenia elección. - Si. Le respondí yo bajando la cabeza y sonriendo levemente.

- Bueno hija entonces no hay tiempo que perder.

- Tranquila mamá, lo he organizado todo. Pronto llegarán a decorar la mansión como Labinia lo desee.

- Ya no me apetece desayunar más. Iré a vestirme. Suerte en el trabajo. Le dije yo a Eduard levantandome.

- ¿Seguro no quieres que te lleve? Dijo Eduard levantándose.

- No, no te preocupes. Cuándo regrese para decorar la mansión vendré con el chofer. Le dije yo marchandome.

Caminando hacia las escaleras vi como Rafael no me quitaba la mirada, me estaba poniendo nerviosa, estaba caminando deprisa sin mirar atras.
Subi al cuarto preocupada, hoy tendría que ser el dia mas feliz de mi vida, pero me sentia tan triste que me quería morir.

Abrí rápido el ordenador y borré todas las fotos que Eduard tenía conmigo, me sentía mas aliviada. En ese instante entró Eduard al cuarto. - Amor, ¿Que haces? Preguntó el acercandose . - Nada. Le respondí yo cerrando el ordenador de golpe. El se sentó a lado mia dia de la cama sonriente. - Amor... pienso que la boda está muy apresurada. Le dije yo sin apenas voz.
- Me parece perfecto hacerla hoy amor. Dijo el tocandome la cara. - Pero yo no quiero hacerlo. No lo haré. Le dije yo levantandome de la cama de golpe. - ¿Que dijiste amor? El se levantó de la cama y continuó. - ¿Que? ¿Ya borraste las fotos y ahora te sientes protegida? Preguntó el sonriente. - Sabes que solamente por esa amenaza estupida me hubiera casado contigo. Pero ahora que ya nada de eso existe, nunca me casaré, porque no te amo. Le dije yo levantando la voz.
El me miró sin quitarme la mirada, se aceró mas a mi y con una sonrisa en el rostro me dijo: - Me crees tan estupido como para no guardar las fotos en otros lugares? Al escuchar eso pensé que me iba a morir, cuándo por fin había pensado que estaba libre y que por fin podía estar en los brazos de Rafael... - No es verdad. Le dije yo asustada. - Vamos amor, seré estupido, pero jamás te hubiera dado la oportunidad de desaparecer las fotos, no sin antes casarnos. Y acariciandome el rostro continuó. - Asi que ahora arreglate y te espero en el altar amor. No me obligues a hacer cosas que no quiero. Dijo el besandome la frente. Y levantandose se dirigió a la puerta: - Ah, y no te preocupes por el vestido, lo tienes en mi habitación en el armario. Dijo el antes de salir por la puerta.
No podía creer lo que estaba escuchando. Él había planeado todo eso, ya tenia hasta mi vestido preparado y lo peor de todo, aún tenía esas malditas fotos conmigo, aun seguía en sus manos.

Amor prohibido [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora