Capítulo II: La nueva vecina.

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―Javier, han pasado ya dos semanas... ―rompió el silencio una mujer de cabello castaño oscuro, lo miraba con aquellos ojos brillosos―. No se va a terminar el mundo solo por que ella te dijo que no.

―Tal vez no, pero mi mundo terminó cuando ella se fue ―Javier pasó una mano por el cabello de la mujer y sonrió―.  Estaré bien, te lo prometo.

―En algún momento llegará una chica que te hará ver el mismo cosmos con una simple mirada.

―Mamá ―susurró Javier y la abrazó― tu ya me haces ver el cosmos en tu mirada ―ella comenzó a reír.

―Yo no cuento querido hijo ―se separó de él y tomó su bolso, pasó una mano por el rostro de su hijo y sonrió nuevamente―. Tengo que irme.

―Gracias por venir ―soltó su mano y su madre se alejó de él.

―Ya no te deprimas o si no, ninguna chica linda se fijará en ti ―abrió la puerta y desapareció a través de esta. 

De nuevo solo, hace mucho tiempo que no se sentía tan solo, solía compartir la casa con Vanessa, su ex novia, pero desde que ella se había ido las cosas habían sido muy diferentes para él. Cada mañana al despertar ya no se encontraba con aquella mirada, aquel día al regresar del estudio había encontrado algunos cajones vacíos, su closet lo veía más grande y la casa más apagada. 

El sonido de su celular lo sacó de sus pensamientos, lo sacó del bolsillo de su pantalón y miró en nombre en la pantalla "Archi"

No estoy de humor para que me jodas la vida ―soltó sin ningún remordimiento.

Solo quería saber si querías venir con nosotros a dar la vuelta. ¿O es que la fama se te a subido a la cabeza? ―soltó una pequeña carcajada y negó con la cabeza.

Dos cosas; primera, no soy famoso... aun ―Archi comenzó a reír a carcajadas, pudo apreciar otras risas―. Segunda, no tengo ganas...

Uh lo siento, pero ya es tarde ―un pitido sonó fuera de su caza, este se levantó del sofá y miró por la ventana, frente a su casa estaba estacionado un coche y de las ventanillas salía el rostro de cuatro hombres― ¿Quien se está mudando?  un hombre de cabello corto y barba señaló a la casa que se había desocupado hace un par de semanas.

Yo que sé, salgo en unos segundos ―cortó la llamada y guardo el celular en el bolsillo. Tomó su chamarra de cuero, las llaves de su casa y salió cerrando con seguro la puerta principal. Camino sobre el césped y echó una mirada a la casa, dos camiones estaban sacando diferentes artículos, muebles y electrodomésticos e incluso cosas para hacer ejercicio. 

―Tal vez sean unos recién casados ―Javier miró al coche y la puerta de atrás se abrió, entró al coche y los miró a todos― o tal vez ―remarcó ya que Javier le había dedicado una mirada molesta.

―Calla boca y conduce ―Archi asintió y puso el auto en marcha.

―¿Como has estado? ―preguntó Fernando mirando desde el retrovisor, Javier miró por la ventana y se encogió de hombros.

―¿Como quieres que este? ―contestó sin ánimos.

―Hombre ―se interpuso Sergio―, cinco años de relación no son fácil y menos por como terminaron las cosas.

―¿De verdad ella no quería casarse? ―Archi frenó en un semáforo y giró para verlo.

―Cada vez que hablaba de eso ella cambiaba de tema o lo evitaba ágilmente, siempre hablamos de formar una familia, pero no de casarnos ―bufó sin dejar de ver por la ventana―. Que estúpido. 

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