La mañana transcurrió de una forma tranquila e incómoda. Antonio y Amelia habían salido a comprar una nueva mesa, Javier (para su mala suerte) había tenido que quedarse en casa con la compañía de Sara y Chris.
―Antonio comento que era cuestión de semanas para que naciera tu bebé ―apretó la lata que sostenía y clavó la mirada en en ella.
―Si, me hubiera gustado que naciera en México... ―su voz sonó melancólica―. ¿Cómo te ha ido?
―Bien, hemos terminado de grabar un disco...
―Oh eso suena estupendo, Antonio comenzó a escucharlos poco después de su presentación en la fiesta.
―Eso es... bueno.
―Nunca creí que Amelia se casaría con él y mucho menos que fueran a tener un hijo. Ustedes dos realmente se veían bien juntos.
―Sara, necesito que me digas que es lo que están planeando; Amelia le pidió a Antonio que no me metiera en esto pero... de alguna forma ya estoy dentro...
―No es así ―le respondió Chris, caminó hasta la sala, tomó una cerveza, se dejó caer sobre un sillón individual y subió los pies a la mesa de centro―. ¿Ella te dijo lo que sus cicatrices? ―Javier asintió―. Bien, el primer hombre se llama Enrique Hernández, es un buen socio de Martín ―violó el sello de la lata y bebió―. El hijo de perra contrato al FBI para protegerlo.
―No exageres, solo son unos cuantos amateurs ―Amelia caminó hacia ellos, Antonio entro junto con otros hombres que cargaban una mesa―. Son al menos diez, un blanco fácil a decir verdad. Tenemos una gran ventaja, el edificio donde trabaja es más bajo y tiene una vista directa de su oficina ―con su mano formó una pistola, estirando el dedo índice y el pulgar―. Bang ―simuló dispararle directamente a Chris.
―Siempre has tenido un buen tiro.
―Y una mano firme ―Amelia bajó su mano hasta su larga bota y de ella sacó una daga―. ¿Quieren ver?
―No ―respondió Sara y Javier al unísono.
―Yo si quiero ver ―le sonrió Chris.
―Bien, con los ojos cerrados ―con la mano izquierda cubrió sus ojos, hecho hacia atrás el brazo derecho y lanzó la daga. Esta se enterró un foto que colgaba de la pared. Javier se puso de pie, sacó la daga y quitó la foto―. Justo en mi cara.
―¿Estas loca? ―Javier pasó sus gruesos dedos por el hoyo―. Era la única foto que tenía...
―Ups, me tomare otra si quieres.
―Olvídalo, no quiero nada ―terminó por romper la foto en varios pedazos, la tiro en el suelo y salió de la casa.
―Bien hecho hermana ―Antonio pasó su brazo por los hombros de Amelia―. Es mejor que nos vayamos, aprovechemos que se fue.
Las pocas cosas que habían utilizado las guardaron de nuevo en las maletas. Amelia miraba el hermoso paisaje que una vez había pintado allí. Se dio la vuelta para recostarse boca abajo, metió sus manos debajo de las almohadas, sus dedos se toparon con una hoja. Volvió a sacar la mano, era un sobre blanco un poco abultado.
Del sobre sacó todo lo que había dentro, eran varias cartas con su nombre en ellas.
―Ay Javier...
Volvió a tomar todas las cartas y las guardó. Buscó una hoja blanca para escribir en esta.
―Amelia ya nos vamos ―la chica dejó a hoja debajo de la lampara de noche, se giró violentamente y le sonrió nerviosa―. ¿Qué haces mujer?
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Si supieras...
FanfictionQuerida Amelia: Han pasado algunos meses desde que no sé nada de tí, me siento solo, aun asi estando rodeado de amigos. ¿Estas bien? Para serte sincero estoy preocupado por ti, desearía que cada amanecer estuvieras aquí a mi lado. ...