*Ojo, no todo son las crónicas, las partes que estén así serán narradas por Mendoza o Marcus, para que comprendan mejor lo que hace pondre las acciones narradas por mí.*
3 de Septiembre- del 2012
―Lunes tres de septiembre del dos mil doce, Amelia va saliendo de su casa a las diecisiete con treinta minutos, acaba de tomar un taxi y vamos a seguirla.
―Dieciocho horas, va llegando a una cafetería. Al parecer trabaja aquí, he enviado a Marcus a comprar algo y a obtener información de los trabajadores. Marcus a vuelto con dos cafés cargados y rosquillas, me ha informado que trabaja allí desde hace meses, es la nueva encargada. Trabaja de lunes a viernes ; los sábados y domingos suele ir al parque del Retiro.
―Vale, les repito su orden. Hot cake especial, con extra de fresas; dos órdenes de huevo con tocino, uno con extra de tocino y aderezo; tres jugos de naranja. ¿Es correcto?
―Si ―respondió un joven.
―Si necesitan algo más llamenme ―Amelia caminó entre las mesas hacia la ventanilla de la cocina, arrancó la hoja con la orden y la colgó. Volvió a la zona de las mesas y caminó hasta Javier―. ¿De verdad eres cliente frecuente? ―sirvió un poco de jugo en su vaso y él la miró.
―Tengo una membresía aquí, quince por ciento de descuento en cualquier comida ―rió.
―¿Para qué tener una cocina? Tu nunca comes en casa.
―Claro que si como en casa...
―La comida que pides para llevar no cuenta, nunca utilizas tu cocina ―sacó la libreta de su mandil y miró a Javier―. ¿Que ordenará señor?
―Oh por favor, no me digas señor que me haces sentir más viejo de lo que ya soy. Quiero waffles.
―Con extra de fruta y miel, con una porción de helado de vainilla hecho en casa... ―terminó Amelia y él le sonrió complacido―. En un momento te lo traigo, señor ―volvió a la ventanilla y arrancó la hoja.
―Al... ―comentó Fátima, tomó una charola y la comenzó a llenar de platos―. No quería decirte esto pero... Esa camioneta siempre está aquí... ―Amelia miró discretamente―. A muchos nos pone nerviosos. ¿Sabes por qué están allí?
―La verdad no, solo espero que no sea algo malo lo que anden haciendo esos tipos... ―habló nerviosa.
―Hot cake especial y huevos...
―Alejandro... ―miró al cocinero, él le sonrió y le entregó los tres platos― Gracias ―tomó la charola y la levantó al nivel de sus ojos, caminó con cuidado entre las mesas y comenzó a ponerlos frente a ellos―. En un momento les traigo sus bebidas.
Conforme la mañana y parte de la tarde pasaban la cafetería se llenaba y vaciaba constantemente. Amelia, ya cansada, caminó hasta la bodega por un poco de café, servilletas y azúcar.
―¿Así que ya son novio? ―habló Braulio entre la penumbra, dio un paso al frente y caminó a ella.
―Eso a ti que te importa... ―canturreo Amelia fastidiada, en los último días no habían hablado, incluso se habían alejado el uno del otro. Amelia dio media vuelta y miró a Braulio más cerca de ella.
―Te dije que serías mía, por las buenas o por las malas ―la aventó hacia atrás, cayó de espaldas dándose un fuerte golpe en la cabeza que la entorpeció―. Así que vamos a divertirnos un poco... ―con la vista borrosa y confundida, pudo ver como Braulio se acercaba a ella mientras se desabrochaba los pantalones.
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Si supieras...
Fiksi PenggemarQuerida Amelia: Han pasado algunos meses desde que no sé nada de tí, me siento solo, aun asi estando rodeado de amigos. ¿Estas bien? Para serte sincero estoy preocupado por ti, desearía que cada amanecer estuvieras aquí a mi lado. ...