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No queriendo quedarse embobado ante la belleza de Catherine Saks, se puso a mirar a través de la ventanilla el campo que se deslizaba ante su vista. El tren paso trepidando junto a una laguna azul, haciendo levantar el vuelo a una bandada de pajarillos negros que estaban posados en una vieja valla, medio cubierta por las aguas. Tom se sintió mejor, y estaba tratando de reunir el coraje suficiente para dirigirse a Catherine Saks, cuando se le adelantó Dietmar.
-¿Es usted modelo?- le preguntó.
- No- dijo Catherine, sonriendo-. ¿Porqué lo preguntas?
-Porque es usted muy guapa.
Catherine Saks resplandecía cuando se dirigio a Dietmar.
-¿Lo crees asi? Eso es muy halagador la verdad es que trabajé una vez en el cine.
-¡Caramba!- dijo Dietmar-. ¡Una estrella de cine!
-Bueno, no exactamente una estrella. Tuve una pequeña intervención en una película titulada Mi pequeño gatito. ¿No la has visto en televisión?
-¡Oh, sí, claro!- dijo Dietmar-. ¡Estaba usted magnífica!
Tom miró a Dietmar, sabiendo que mentía, y le envidió por lo fácil que le resultaba hablar con Catherine Saks.
-¿Ha estado usted en Hollywood?- pregunó Tom.
-Sí respondió ella, mirando aún a Dietmar- . Pero me cansé de aquello y volví a casa, en Winnipeg, con una amiga mía que también había estado trabajando en Hollywood.
-Las dos entraron a trabajar en mi banco intervino Richard Saks-, y no tardamos mucho en casarnos Catherine y yo.- Miró a su mujer con adoración, pero a Tom le pareció que no había demasiado amor en la mirada que ella le devolvió.
-¿No echa usted de menos ser estrella?- preguntó Dietmar
-Ya lo creo que sí- respondió Catherine.
Durante un minuto permaneció con la mirada perdida y luego prosiguió con voz tranquila-: Si fuera libre, de nuevo volvería, sin dudarlo, a Hollywood.
Mientras ella decía esto, Tom miraba a Richard Saks, y percibió una ligera contracción en su rostro. No era raro que bebiera, sabiendo que su mujer quería liberarse de su matrimonio.
-¿Dónde van ustedes?- preguntó Tom a Richard Saks, intentando cambiar de tema.
-A Victoria- respondió el hombre, con cara de contento-. Catherine necesitaba unas vacaciones despúes de la tensión a que ha estado sometida últimamente.
-¿Por qué?- preguntó Tom.
-No es nada- dijo Catherine, con un tono de voz que indicaba claramente que no era asunto de Tom.

Asesinato En El Canadian ExpressDonde viven las historias. Descúbrelo ahora