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- Es cierto. Pero me figuro que aquel tipo se sentiría mal y se pondría enfermo.

Tom miró atentamente al mozo.

- ¿Recuerda algún olor especial en el departamento?

- Claro que sí; era horrible, con todos aquellos vómitos, la sangre...

- ¿No notó un olor a almendras?

El mozo miró sorprendido a Tom.

- ¡Oiga! ¿Cómo lo sabe? ¿Entró usted anoche en el departamento?

Muy nervioso, pero haciendo porque no se le notara, Tom se encogió de hombros.

-No, no estuve allí. Dígame, ¿está usted seguro?

- Tan seguro como el día en que nací. Tardé media noche en quitar aquel olor.

Tom hizo un gesto al mozo, sin poder contener su emoción.

- ¡Un millón de gracias! – dijo.

Tom dio medio vuelta y anduvo presuroso por el vagón. Dietmar salía en aquel momento de la litera superior, bostezando.

-Dietmar- dijo Tom-. Tengo noticias.

- ¿Se está cayendo el cielo? - dijo Dietmar sarcásticamente.

- ¡Richard Saks es...! - dijo Tom, y se detuvo. La señora de las pastas le estaba mirando con los oídos atentos. Por poco mete la pata otra vez-. Ven- dijo a Dietmar, arrastrándolo al servicio.

- Quiero desayunar- protestó Dietmar-

- Luego, luego. - Tom abrió la puerta del servicio, empujó dentro a Dietmar y cerró la puerta. A continuación, abrió los grifos del agua fría y de la caliente.

- ¡Ya soy mayorcito para lavarme solo! - dijo Dietmar.

- El agua es solamente para que no nos oigan-murmuró Tom.

- Tú sí que eres el que debería estar en silencio, Austen- dijo Dietmar, riéndose.

- Escucha- dijo Tom, con los ojos dilatados de excitación-. ¡He descubierto que Richard Saks no es el asesino!

- ¿Quién, entonces? ¿La mujer ésa de las pastas?

- Pudiera ser. Todo el mundo es sospechoso.

- ¿por qué?

- Escucha esto- dijo Tom, bajando la voz-: Catherine Saks fue envenenada con cianuro.

Asesinato En El Canadian ExpressDonde viven las historias. Descúbrelo ahora