- Sí que lo es – dijo Tom, echando una mirada a su reloj-. Me parece que la investigación de la policía ha hecho que el tren vaya con retraso.
- Sí – dijo la señora Ruggles-, pero eso nos permite disfrutar del panorama durante más tiempo.
Tom encargó cereal con leche y unas tostadas, y luego se puso a mirar por la ventanilla.
- Me gustaría que Richard Saks pudiese estar mirando estas montañas, en lugar de estar pudriéndose en una celda.
- Sí, pobre hombre- la señora Ruggles se estremeció-. Pero, por favor, no hablemos de eso. ¿Dónde vives?
- En Winnipeg. Mi padre es policía.
- Yo también vivo en Winnipeg. Tienes que ir a verme un día y tomaremos juntos el té.
- ¿No tomó usted el tren en Brandon?
- Sí, fui allí a visitar a unos amigos. Ahora voy a la costa, a ver a mis nietos- dijo la señora Ruggles, sonriendo feliz-. Estoy deseando verlos.
Tom se sirvió un poco de leche en el plato de cereales y tomo la cuchara, que brillo con la luz de sol.
- ¿Tiene usted una foto de ellos?
- ¿De quiénes?
- De sus nietos.
- No, me parece que no.
- ¡Que raro! - dijo Tom sonriendo-. Mis abuelos tienen miles de fotos mías y de mi hermana-. Empezó a desayunar. Levantó la vista hacia la cima de la montaña, donde se destacaba contra la roca la blancura helada de un glaciar-. La semana pasada se me cayó un despertador al río y aún sigue andando- bromeó.
- ¡No me digas!
- Bueno, es que es muy difícil que un río se pare.
La anciana se rió.
- ¿Conoces los chistes de Bobito?
- No- mintió Tom-. ¿Quiere contarme alguno?
- De acuerdo- dijo la señora Ruggles, encantada-. ¿Para qué se llevó Bobito avena a la cama?
- No sé... Me doy por vencido.
- Para alimentar sus sueños.
Tom se rió.
-Muy bueno- dijo.
Sonriendo, Tom puso un poco de mermelada en la tostada y dijo:
-Adán, Eva y Pellízcame fueron al río a nadar. Adán y Eva se ahogaron, ¿quién se salvó?
- Pellízcame.
- De acuerdo- dijo Tom, alargando la mano y pellizcando ligeramente a la anciana en el brazo.
-¡Ah, pícaro!- dijo la señora Ruggles riéndose. Terminó el té, cogió el bastón y se puso de pie-. Ha sido muy divertido el charlar contigo, Tom. Si te apetece, pasa por mi departamento luego y daré unos bombones y contaremos chistes.
- De acuerdo- dijo Tom-. La veré luego.
La anciana se fue cojeando, apoyándose en su bastón.
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Asesinato En El Canadian Express
Teen FictionTom usten, un muchacho canadiense que acaba de terminar el curso escolar, viaja en este ferrocaril, el de mayor recorrido del mundo sale diariamente de montreal y emplea tres dias en llegar a su destino, vancuver