Capítulo 5

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Las pequeñas gotas, esas diminutas pero intensas gotas que caen sobre nosotros nos tienen empapados. Todo esto empeora la visibilidad, sin el cielo despejado casi no podemos ver nada.

Por un momento la patrulla quiso volver, pero necesitamos la comida, el agua y mucho más a Laura, no podemos acobardarnos ahora, es nuestra última esperanza.

Estamos a la mitad del área más transitada del pueblo, o, mejor dicho, la que más era transitada.

El hospital está a pocas cuadras y el centro comercial en la próxima esquina, aquí es donde nos separamos, y el hecho de que Brad no me haya dirigido la palabra desde que salimos no me da buena espina, simplemente prefiero que él no nos acompañe y que alguno del "Grupo A" lo remplace.

Pero no será así, él tomó el lugar de Megan y debe estar en mi grupo como se había acordado.

Después de un par de minutos llegamos a la esquina, donde todos se detienen, es hora de separarnos.

—Nos veremos aquí en treinta minutos... —Dice el líder mirando su reloj digital y poniendo el cronómetro. —Si no dan señales de vida, considérense abandonados —Es entonces que él nos da un arma a mí y a mi compañero. —Úsenla como última opción.

Héctor y yo asentimos, pero Brad no, está demasiado ocupado observando el desolado lugar. No me había puesto a observar el trágico escenario post-apocalíptico en el que se convirtió nuestro pueblo:

Todo es tan sombrío con esta lluvia, las nubes teñidas de rojo, la oscuridad en cada tienda, las puertas y las ventanas destrozadas, simplemente no puedo creer lo que ocurrió en una noche.

Todo por nuestra culpa.

—Chico... ¿Estas bien? —Las manos de Héctor sobre mis hombros y su voz me traen de nuevo a la realidad, miro sus ojos avellana y asiento con seriedad. —No tenemos mucho tiempo, deprisa —Añade tomando la delantera en dirección al hospital.

Comienzo a avanzar, el hombre camina demasiado rápido, incluso, debo trotar para no perderlo de vista. Faltan solo dos cuadras para llegar al hospital, desde aquí, aunque con dificultad, puedo ver el gran edificio en el cual, me atacaron Marlene y Charles.

A medida que camino siento los pasos de Brad, por un momento pensé que no nos estaba acompañando, pero al girar levemente mi cabeza, logro ver al joven con la capucha tapando la mitad de su rostro.

Llegamos al hospital y recorremos el estacionamiento hasta llegar a la puerta de vidrio, la cual, está completamente destrozada. Héctor se acerca lentamente a la puerta de la que casi no queda nada y retira su arma de detrás de su espalda. Me observa y me llama para que me ponga junto a él.

Héctor pasa sus pies por encima de la parte que resta de la puerta y yo, miro hacia atrás para llamar a Brad, quien camina hacia mi despreocupado, como si no estuviéramos en peligro.

Con nuestro líder dentro del establecimiento, me propongo a cruzar la puerta, lo hago lento para evitar cortarme con los pedazos que han quedado colgando y la parte que aún está sana.

Lanzo un suspiro aliviado ya estando adentro.

Veo que Héctor sigue avanzando, pero yo, espero a Brad, quien parece no notar que estamos en una misión contrarreloj que podría definir el destino de la humanidad.

Lanzo un gruñido y me acerco con rapidez a el, tomándolo de brazo con fuerza.

—¡Que acaso no lo entiendes! —Exclamo haciendo ruido con mi respiración.

—Max cállate —Me dice en voz baja sin siquiera mirarme a los ojos.

Oh, ahora si estoy enojado.

Inferno © [3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora