Inferno © [3]

Capítulo 13

Lanzo un suspiro, me encuentro apoyado sobre el escritorio del director tratando de comprender lo que significa eso de que Peter es mi "protector".

—¿Serías como mi "ángel guardián"? —Pregunto tirando la primera hipótesis que tengo, y la que, dentro de todo, me parece la más lógica.

—Algo así... —Bufa el con las manos en el rostro, como si esto fuera una pérdida de tiempo.

—Es que no lo entiendo...

—¿Recuerdas la noche en el psiquiátrico?

—Espera... ¿Eso fue real?

—Claro que fue real, Max —Suspira, rodando los ojos.

—¡No hagas eso! —Protesto.

—¿Hacer qué? —Dice frunciendo el ceño.

—Eso, tratarme como si todo esto del protector fuera algo que tengo que saber... —Respondo dando vueltas sobre mí mismo. —Discúlpame por creer que cuando alguien muere, se queda en su tumba.

Peter se pone de pie, hasta entonces, estaba sentado en el suelo, apoyado en la puerta de madera.

Él se acerca lentamente a mí, y sin previo aviso, me abraza. Yo no me resisto, de hecho, correspondo y también lo abrazo. Saber que él fue quien me ayudó escapar en el manicomio, el me dio fuerzas para seguir, y yo que creía que era producto de mi imaginación.

El pelirrojo termina el abrazo segundos después, me mira a los ojos, y sonríe.

—¿Por qué fue eso? —Le pregunto en voz baja.

—Porque esta puede ser la última vez que nos veamos —Murmura con un tono de tristeza.

—¿De qué hablas? —Cuestiono cuando él me da la espalda.

—Cuando todo esto termine, cuando la brecha se cierre, dejaré tu mundo...

—No lo entiendo... Eres mi protector...

—También soy un espíritu... —El lanza un suspiro y se da la vuelta, volviendo a clavar su mirada en mis ojos. —Laura se equivocó con algo... —Peter hace una pausa, verlo de esta manera, triste y con la voz quebrándosele con cada palabra, me hace recordar la noche que murió. —La brecha que van a cerrar, ha estado abierta desde aquella noche que usaron la Ouija, y en cuanto la cierren, toda criatura sobrenatural desaparecerá, incluyéndome.

—Nosotros te trajimos de vuelta durante la noche de Halloween. —Mi voz se quiebra al terminar de hablar, siento unas terribles ganas de llorar, lo trajimos aquí y ahora, como cuando Martín lo asesinó, desaparecerá.

No puedo evitar sentirme responsable.

—He estado junto a ti desde esa noche, cuidándote. —Y eso, es la gota que derrama el vaso.

—Peter... —Vuelvo a abrazarlo con lágrimas en los ojos, siento que esto es una segunda oportunidad, una para poder despedirme de el de una manera correcta, solo que, no estoy listo para hacer eso.

—Sé que no tuvimos suficiente tiempo para conocernos mejor, para ser verdaderos amigos, pero...

—No digas nada... —Lo interrumpo apretándolo con un más de fuerza. —Yo también te quiero —Suelto sintiendo como el nudo en la garganta que tengo desde hace meses por su muerte, desaparece.

—Vamos, tenemos que terminar con esto...—Dice al separarse de mí, esta empapado en lágrimas.

Asiento levemente, quiero salvarlos a todos, pero saber que él se irá, me destruye.