Capítulo 47

304 31 36
                                    

Narra Emily:

Mis ojos no pueden creer lo que veo: Timothy, aquel jovencito que conocí durante el fin de semana del cuatro de julio, está vivo y frente a mí.

No puedo ni imaginar el odio que nos tiene, todos pensamos que había muerto al igual que Jasper y Mariana. Yo pensé que en verdad había muerto al caer del barranco.

Pero no fue así y ahora está aquí, parado con esa expresión de satisfacción, buscando venganza.

—Tim yo...

—Shh —Su dedo, ahora sin el guante, se posa sobre mis labios. —No digas nada, bebé.

¿Bebé?

—Ha pasado demasiado tiempo, y... Lamento que tengamos que reencontrarnos en estas circunstancias.

—Timothy, en verdad siento lo que pasó, pero... Vengarte no traerá a tus amigos de vuelta.

—Oh, amor —Ahora acaricia mi pelo de forma extraña, acercando su rostro tanto, que su respiración choca contra cada poro de mi cara. —No estoy aquí por venganza.

—Si no es por eso, ¿Por qué...?

—Estoy aquí por ti.

Mi corazón comienza a acelerarse al sentir sus labios en mi mejilla derecha, vuelvo a intentar tranquilizarme, respirando con calma, pero simplemente no puedo.

Solo, no puedo creer esto.

Narra Max:

Las lágrimas queman mis mejillas al deslizarse por ellas. Tengo la respiración agitada y el silencio fúnebre que hay en la habitación aumenta mis ganas de gritar y patalear como un bebé recién nacido.

Jane se sigue levantando, provocando gemidos a medida que su cuerpo se eleva.

Y entonces, el cuerpo de la pelinegra es abalanzando hacia un costado por las manos de Megan, sonrío completamente al verla ponerse de pie con demasiada dificultad.

Ella está bien, Dios, Megan está bien.

Lanzo una carcajada de alivio mientras ella se acerca con el cuchillo de cazador hacia mí.

—Pensé que nos habías abandonado —Musito en cuanto corta mis sogas.

—Eso jamás —Pronuncia sonriendo y luego, me abraza con fuerza.

La sangre húmeda de su blusa mancha mi camiseta azul, pero no me interesa. Me pongo de pie, mirándome levemente al hacerlo y teniendo que apoyarme en la silla que hasta hace unos minutos, era la responsable de mantenerme inmóvil.

Pestañeo varias veces, reincorporándome y corriendo directamente hacia Tamara, a quien, al pararme sobre el escritorio, libero de su horca personal.

Inesperadamente, la castaña con tintes negros me abraza, presionando tomo mi cuerpo contra el suyo.

—Gracias —Susurra entre lágrimas. —En verdad, gracias.

—No me lo agradezcas aún, todavía tenemos que salir de aquí —Respondo saltando hacia el suelo.

Me giro un poco y tomo de la cintura a Tamara, ayudándola a bajar.

Hago un vistazo general del lugar, viendo a todos ahora, liberados.

Una pequeña sonrisa se dibuja en mi rostro al ver a Tamara abrazar a Bianca y después a Theo.

Dios, en realidad logramos salvarla.

—¿Qué esperamos? —Cuestiona Brad masajeando sus muñecas.

—Salgamos de aquí —Dice decidida Megan.

Inferno © [3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora