Capítulo 43

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Narra Emily:

Estoy en shock, en verdad lo estoy. Sigo sin poder procesar todo lo que mi madre dijo, es solo que no puedo creerlo, ¿Christian? ¿Un acosador?

Siempre tuvo esa mirada extraña y esos malos tratos con nosotros, pero jamás me imaginé que pudiera ser uno de esos enfermos que se ven en la televisión.

Me siento mal por Lucy, ella, nunca pudo vivir tranquila, primero fue lo de Martin y luego esto, simplemente me duele que haya pasado tantas cosas malas y no recibiera el apoyo que tanto necesitaba.

No podía sola, y mi madre tampoco era suficiente como para mantenerla a salvo, no quiero que eso me suceda, de hecho, no quiero que nos suceda a ninguno de nosotros.

Max lo dijo, debemos estar juntos si queremos vencer finalmente, hay demasiadas personas malas allá afuera y estar solo no es una opción.

Pero me duele, y sé que lo hará aún más cuando lo tenga frente a mí, porque sigo amándolo y no puedo evitar sentir como mi corazón se rompe en mil pedazos en cuanto miro sus ojos verdes.

El teléfono fijo suena de repente, haciendo que de un pequeño salto sobre el sillón en el que me encuentro.

Mamá, quien estaba cocinando la cena, se acerca al teléfono pegado a la pared y atiende al tercer pitido.

—¿Hola? —Dice de manera tranquila, en verdad admiro su capacidad para manejar esto. —¿Víctor? ¿Qué ocurrió?

Giro mi cabeza en dirección a ella y frunzo el ceño al ver su rostro con una expresión sorprendida.

Me pongo de pie, pero antes de que pueda decir algo, la llamada termina.

—Mamá, ¿Qué...?

—Atacaron a Megan —Un golpe en el pecho se hace presente, mi estómago se retuerce dentro de mí.

—¿Ella está...?

Mamá asiente.

—¿Dónde? —Pregunto tomando las llaves del coche.

—En la comisaría —Pronuncia al mismo tiempo que abro la puerta. —Pero Em... —Me detengo. —Eso no es lo único.

Cierro la puerta y me apoyo levemente en ella, esto es demasiado para que agregue más problemas.

—Encontraron el cuerpo de Lara —Abro mis ojos. —Y despidieron a Víctor.

—No puede ser...

—Alguien envió un mensaje anónimo, diciendo que Víctor ocultaba algo.

—No...

—Em todo se está volviendo demasiado peligroso.

—Lo sé —Respondo volviendo a abrir la puerta. —Pero no pienso abandonar a Megan, no ahora.

—Solo cuídate, ¿Si?

Asiento y entonces, troto hasta el auto, entro en él y lo enciendo a los pocos segundos, presiono el acelerador y tomo rumbo hacia la comisaría.

Todo se está yendo al diablo.

Narra Max:

Cruzo la puerta doble de cristal de la comisaría corriendo y al hacerlo, todos a mi alrededor me observan de manera extraña, está bien, en realidad solo están comportándose normal ante la llegada de alguien completamente desquiciado a un sitio público.

En fin, yo solo me acerco al escritorio que hace solo un par de meses Christian administraba y pregunto por el nombre de Megan. El oficial me responde de manera cortante, diciéndome que sí está aquí pero que nadie puede verla, pues se encuentra en la sala de interrogatorios.

Inferno © [3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora