Capítulo 11

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Estoy nervioso, muy nervioso para ser sincero.

Laura y yo, estamos en medio de la carpa central, rodeados por casi todo el pueblo, quien espera una solución de nuestra parte, mientras tanto, Megan y Emily buscan las mochilas con lo necesario para el plan.

Estuvimos aproximadamente una hora dentro del camper, y ahora, todos estamos un poco más aterrados, ese "Rayo de Destrucción" como Laura lo llama, está abriendo una brecha entre nuestro mundo y el de Dolentmolý, y si este termina de abrirse, los demonios que habitan en los cuerpos de Charles y los demás, podrán salir de ellos y destruir todo a su paso.

Y no solo es eso, sino que, según los cálculos de Laura, tenemos menos de cuatro días antes de que la brecha se abra por completo.

Laura tose haciendo mucho ruido, lo cual me devuelve a la realidad, una en la que, durante los últimos cinco minutos, hemos estado en silencio, todos nos observan expectantes y yo, tengo un enorme nudo en la garganta que me impide decir una palabra.

—Estamos aquí reunidos... —La voz de Laura me sorprende, se suponía que hablaría yo porque me conocen, supongo que así es mejor. —Porque tenemos una solución para todo esto.

—¿Y qué se supone que es "todo esto"? —El padre de Megan abre su maldita boca, haciendo que los demás comiencen a hacer cientos de preguntas al mismo tiempo.

—No hay tiempo para explicar... —Mi compañera esquiva la interrogante, la observo por un par de segundos, sus manos se abren y se cierran, nunca la había visto así de nerviosa.

—Claro que hay tiempo, hace desde que toda esta locura comenzó que mantienen lo que sea que sucede en secreto, ¡Queremos respuestas!

—¡Si! —Dice parte de la multitud, alzando su puño.

Miro a todos a nuestro alrededor, todo se está descontrolando, Laura está aún más inmóvil que yo. No puede seguir así, en verdad no hay tiempo para explicaciones, y si lo hubiera, la verdad nos haría ver como locos.

Respiro hondo y luego suelto al aire que hay en mis pulmones, dispuesto a hablar.

—¡No lo entienden! ¡Se nos acaba el tiempo! —Grito con desesperación, hay tanto ruido que dudo que alguien me haya escuchado.

Es entonces que un sonido hace cerrar la boca de todos, el disparo de alguien en medio de la multitud nos deja perplejos, el silencio inunda el lugar y mientras intento ver quién es el que ha disparado, la gente deja el camino libre para esa persona, permitiéndole entrar en el círculo que el pueblo ha formado a nuestro alrededor.

Es Víctor.

El Sheriff camina hacia ambos con lentitud, en su mano derecha sostiene el arma que deja escapar un poco de humo a causa del disparo y de su espalda cuelga una mochila marrón muy sucia, como si hubiera sufrido una caída.

Víctor se detiene frente a mí, me sonríe y luego, sorprendiendo al pueblo y a mí, me abraza.

—Chico... —Musita con tono emocionado, no puedo creer que me esté abrazando.

—Gracias... —Le susurro al oído, no sé lo que hubiera sucedido si el no aparecía.

—¿Qué está ocurriendo? —Me pregunta al separarse de mí.

—Tenemos una solución —Respondo con una sonrisa.

Víctor vuelve a sonreír y segundos después me da la espalda.

—¡Pueblo de Pagecloud, silencio por favor! —Pide elevando sus brazos con tranquilidad. —Sé que todos estamos cansados, estos días no han sido fáciles para nadie, pero les prometo que, si escuchan, muy pronto estarán en casa.

Inferno © [3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora