Capítulo 45

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Emily y yo cerramos la puerta detrás de nuestras espaldas, estamos agitados, paranoicos y siento que en cualquier momento tendremos un colapso emocional que terminará de arruinarlo todo.

Bueno, si es que algo más puede arruinarse.

—Por Dios, ¿Están bien? —La voz de Carolina nos sorprende y la castaña vuelve a tomar mi mano.

La miro de reojo, de hecho, ella ni siquiera lo nota.

Me concentro, dirigiendo mis ojos a mi madrina y tratando de olvidar la situación.

—¿A qué te refieres? —Pregunta Emily soltándome y dando un paso al frente.

—Recibimos el mensaje... —Pronuncia mi padre, apareciendo desde la cocina.

—¿Mensaje?

Nadie responde, pues Víctor es el tercero en entrar en la sala, él se acerca lo suficiente a nosotros y nos muestra la pantalla de su teléfono; mis ojos se abren completamente.

Mierda, estos psicópatas están haciendo de esto todo un maldito show, en el móvil de Víctor se reproduce una página web, en la cual se muestra la cuenta regresiva que nos enviaron hace unos cuantos minutos.

Si ellos también recibieron el mensaje, quizás, haya más personas que lo tienen.

Todo esto es demasiado, ya no solo nos compromete, ahora el pueblo entero puede que sepa esto, y la cuenta regresiva no hace más que complicar las cosas.

—Chicos, deben decirnos qué diablos sucede.

—Han vuelto... —Musito con un nudo en la garganta.

—¿Qué? ¿De qué hablas? —Pregunta Carolina.

—Los asesinos...

Y dichas estás palabras, los adultos frente a ambos, los que deberían comportarse de manera responsable y ayudarnos a solucionar todo, se desmoronan delante de nuestros ojos.

Narra Megan:

Brad estaciona el auto frente a la casa de Max, y sin perder un segundo, los dos corremos hacia la vivienda, cruzamos la puerta sin siquiera tocar y entramos en el lugar, encontrándonos con una escena digna de una sitcom familiar, solo que esta no tiene nada de gracia.

Max, Emily, Víctor, Richard y Carolina, los cinco se encuentran en el living, mirando una computadora sin siquiera pestañar, como si estuvieran hipnotizados.

—¿Pasa algo? —Pregunto asomándome por el umbral.

—Miren esto... —Comenta Max girando la computadora hacia nosotros.

La cuenta regresiva que nos enviaron está en esa pantalla, alrededor hay estadísticas, y una de ellas revela la cantidad de personas que están viendo la transmisión, son casi mil y sigue aumentando.

Mierda, ahora sí que estamos jodidos.

—Entonces... ¿Qué vamos a hacer?

—Esa es una buena pregunta... —Dice Emily.

—¡Muy bien! ¡Preparé café! —Exclama Patricia desde la cocina.

Emily se pone de pie, y sin que nadie se lo pida, camina hacia esa habitación. Supongo que ayudará a su hermana.

Me siento junto a Max y poso mi mano sobre su rodilla, presionándola levemente. Él me sonríe de mala gana y redirige sus ojos a la pantalla.

—Esto no podría ser peor —Susurra cerrando el computador.

Un grito provoca que todos demos un pequeño salto, proviene de la cocina, Max es el primero en ponerse de pie y correr hacia allí. Brad lo sigue e inconscientemente, yo también lo hago.

Inferno © [3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora