Capítulo 46

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Todo transcurre en cámara lenta: Víctor me toma del brazo con fuerza, alejándome de la puerta y obligándome a entrar a la casa. Bianca cae de rodillas al suelo por segunda vez, gritando y pataleando sin dejar de llorar. Theo corre hacia el baño a vomitar. Emily se esconde en el pecho de Max. Brad golpea la pared furioso y madre e hija, se abrazan al final de la habitación.

Todo pasa mientras mis oídos no paran de escuchar un terrible pitido que parece un destornillador perforándolos.

Y de un momento a otro, las cosas vuelven a su ritmo normal, esa cámara lenta desaparece siendo reemplazada por un ambiente de desesperación.

Escucho balbucear a Brad, pero sigo tan aturdida que no logro comprender absolutamente nada, solo veo su boca moverse, pero no entiendo.

Víctor sigue con su mano en mi brazo, aun distanciándome de la entrada. Al soltarme, corre hacia la puerta y le coloca el seguro mientras desenfunda un arma que creí que le había entregado a la policía.

El muchacho moreno se para frente a mí, tronando sus dedos frente a mis ojos y luego, zamarreándome hacia adelante y atrás para que recobre la conciencia.

Es solo que estoy aquí, sé lo que sucede, pero no tengo nada que decir, o al menos, mi cerebro no piensa en nada.

Siento las manos de Brad aún sobre mis hombros y entonces, lanzo un extraño grito, y digo extraño, porque hasta a mí me asusta. Es como si una gallina estuviera en la horca a punto de ser asesinada, y lo supiera.

Es un grito ahogado que, al mismo tiempo, parece que destruye mis cuerdas vocales.

Tan es el punto, que Brad retrocede algo intimidado.

—S-se, se los di-dije —Tartamudea Bianca todavía en el suelo. —Teníamos que decir la verdad.

—Bianca...

—¡Está muerto por su culpa! —Exclama ahora de pie, haciéndole frente a Víctor.

—No es hora de culparnos unos a otros —Brad, habla y la aleja del ex sheriff. —Cody está muerto, sí. Ahora solucionemos esto para que su muerte no sea en vano —Mis ojos se abren ante tales palabras, él, se está comportando de una manera tan madura que me sorprende.

—Brad tiene razón —Max, con Emily apoyada en su pecho, concuerda.

—¿Y qué se supone que haremos? —Theo, pálido, empapado en lágrimas y con una expresión de miedo, aparece desde el pasillo.

—Tenemos que acabar con ellos —Pronuncia Emily.

—Muy bien... ¿Y cómo hacemos eso?

Mis oídos vuelven a aturdirse en ese preciso momento. El único cristal que aún seguía de pie en la ventana es destruido por una segunda bala contra la casa.

Los gritos de todos perjudican aún más mi audición, y mis codos chocan contra el piso, pues Víctor, otra vez, es el responsable de "salvarme" empujándome contra el suelo.

La puerta de la entrada es abierta de una fuerte patada, un escalofrío recorre mi columna hasta mi cuello cuando veo un extraño objeto con forma de cilindro aproximarse a través del umbral.

Mis ojos siguen su recorrido que culmina contra el primer escalón a pocos metros de nosotros.

Víctor grita algo que no logro comprender y entonces, aquel extraño y pequeño objeto comienza a solar un extraño humo color blanco con gris.

Intento levantarme, pero por alguna razón mis brazos están débiles. Empiezo a toser, cada vez más fuerte, el aire se vuelve espeso a medida que el humo se posiciona sobre nosotros.

Inferno © [3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora