—¡No es justo! —Exclama Tomy haciendo berrinche.
—Hey, tranquilo hombrecito —Pronuncia mi padre alborotando su cabello.
—Lo soporté cientos de meses, y ahora que se va, la habitación debe ser para mí.
—Oh, gracias Tomy —Comento actuando como si me afectarán sus palabras.
—Sabes que eres mi hermano favorito —Añade sonriéndome.
—Ajam.
—Ya está decidido, Alice se queda con la habitación —Aclara nuestro progenitor al mismo tiempo que mi hermana sonríe de forma victoriosa.
—¡No es justo!
—Hey —Lo tomo del brazo con suavidad y me acerco a su oído. —No olvides que te quedaste con la mejor parte.
—¿Y cuál es? —Musita curioso.
—Mientras yo no esté en la casa, Koda es solamente tuyo y estas a cargo de él.
—¿¡Enserio?! —Grita con una sonrisa de oreja a oreja.
—Por supuesto.
—¡Muchas gracias! —Tomy me abraza una vez más y yo no puedo evitar reír.
Vuelvo a abrazar a todos en la habitación con suma melancolía, los voy a extrañar, estos últimos meses con ellos han sido los mejores de mi vida en años, y me duele en verdad saber que no voy a verlos cada mañana en el desayuno.
—Cuídalos, ¿Sí? —Le digo a André en voz baja.
Él asiente en cuanto nos separamos y yo le guiño el ojo.
Me muevo un poco hacia la izquierda, encontrándome directamente con los ojos azules llenos de lágrimas de Carolina, ella me sonríe y me abraza por última vez.
—Mi niño —Su mano acaricia mi cabello. —Disfruta esto al máximo, ¿Okey?
—Por supuesto —Le sonrío conteniendo las ganas de llorar. —Prometo regresar para navidad a comer tu famoso pavo —Agrego lanzando una pequeña carcajada.
—Te estaremos esperando —Afirma Víctor abrazando a su futura esposa. —Cuídate chico.
—Lo haré —Respondo presionando su mano de forma amistosa.
Respiro lo más profundo que puedo, preparado para salir por aquella puerta y comenzar con esta nueva etapa de mi vida.
Finalmente iré a la universidad.
Tomo la manija de mi maleta y antes de siquiera poder dar un paso hacia adelante, una bestia peluda salsa sobre mis piernas.
Comienzo a reír y me arrodillo frente a Koda, a quien acaricio con lentitud.
—Te extrañaré, pesadilla —Le digo.
Él, como si me entendiera, ladra dos veces y lame mi rostro. Lanzo una carcajada y beso su nariz húmeda, después, me pongo de pie y arrastro la maleta con sus rueditas fuera de la casa, mi cuerpo entero se encuentra con el potente sol de verano y un precioso día perfecto para estar en el río Hudson; siento el olor a las flores que Richard y Carolina se encargaron de plantar y avanzo por el sendero de concreto hasta llegar a la vereda.
Allí me esperan Megan y Brad tomados de las manos y con unas inmensas sonrisas en sus rostros. Me acerco a ellos y comienzo a reír.
Nadie dice nada, pero al igual que yo, ellos también lanzan carcajadas de felicidad, porque lo logramos, nos convertimos en supervivientes y ahora podremos salir de aquí, empezar de cero y disfrutar la vida que, me atrevo a decir, nos ganamos.

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Inferno © [3]
Misterio / SuspensoLa batalla por la tierra acaba de comenzar. • Libro 3, Saga "Sobrevivientes". •