Capitulo 46

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Alexander


La vida es un carrusel, sin importar lo que suceda nunca para de girar.

Esa frase que alguna vez escuché a alguien decir ahora toma tanto sentido al contemplar mi vida,  la mujer que amo con locura esta destruida por mi culpa, mis sueños quebrantados y ni hablar de mi vida... hecha un asco.

Se que soy humano, se que no puedo pretender ser perfecto pero por lo menos debí tratar de hacer las cosas de mejor manera.

Equivocarme me hace humano, pero hay errores que sencillamente no se cometen.

Justo ahora cuando lo que perdido todo y cuando digo todo me refiero a la mujer de mi vida, porque precisamente ahora que no la tengo conmigo se que ella es mi todo, hoy cuando ya todo el daño esta hecho, entiendo que no supe valorar debidamente todo lo bueno que la vida me regaló.

Suele pasar en los humanos, nos damos cuenta de todo lo bueno que tuvimos en nuestras vidas cuando ya los hemos dañado a tal grado que alejarse es la única opción.

Yo te aleje de mi Kara, ¿Qué hago para recuperarte?

Cuando mi padre murió, me di cuenta de que había tenido el privilegio de ser educado por uno de los mejores hombres que he conocido en mi vida, Alessandro Montgomery, un doctor inglés que creía fielmente en que el amor si existe y que todo es posible cuando el amor sea el primer propósito, el mismo que encontró su hasta que la muerte nos separe en una hermosa abogada italiana de 23 años un verano de 1989 en unas vacaciones familiares en Italia cuando a penas tenía 25 años de edad, el mismo que 25 años después amaba a su esposa hasta la locura, el mismo que nos crió a Meredith y a mi en amor... El hombre que el día de hoy debe estar decepcionado de mi.

Hoy, dos años después de su muerte, cuatro meses después de esa noche en la que sin pensarlo destrui mi vida y la de la mujer que amo, la misma que una tarde de invierno en medio de una nevada en ese parque que nos unió y nos alejó tantas veces en una sola vida, esa misma chica de ojos avellanas brillantes como el sol en verano y luceros en la noche dejó de ser bosquejo para convertirse en arte, comprendí que nada tiene sentido cuando no puedes compartir tus sueños y realizar los que faltan con la persona que amas.

Mirando mi reflejo en el espejo de este baño de hospital, mis ojeras, mis desolados ojos echo un vistazo a mi perfecta vida hace 6 meses atrás y me doy cuenta de que la felicidad sólo llegará a mi cuando ella vuelva... si es que algún día lo hace.

Salgo del baño a toda velocidad porque no me queda mucho tiempo para despedirme de Meredith, Valerie y la linda Vera, esa niña que me a cada segundo que paso a su lado me da mil razones más para querer formar mi familia, pero me recuerda casi al instante que sólo la quiero con ella... la Dra. Kara Ford Lombardi.

Logro verlas sentadas en un mesa de la cafetería, acelero el paso y la cara de Vera se ilumina al verme acercarme a ellas con una sonrisa alegrando de paso mi dia.

- Tío Alex.- Me dice la pequeña abriendo lo brazos para mi, la tomo en un abrazo y la suspendo en el aire, nada mejor que un abrazo sincero en un día tan pesado.

- El tío Alex sólo viene a despedirse.- digo antes de posar un beso en su dorado cabello, Meredith me mira confundida y Valerie me da una sonrisa tranquilizadora... alguna vez me dijeron que los psicólogos pueden leer las mentes de las personas, ahora estoy empezando a creerlo.

- A donde vas?.- Me pregunta Meredith cerrando una carpeta color verde.

- El escuadrón maravilla y los internos primera clase tienen una misión en Boston.- Digo sentándome en una de las sillas acomodando a Vera en mi regazo, encuentro sus gigantes y adorables ojos azules mirándome curiosos y entonces pasa...

La anatomia de un amor; SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora