Capítulo 30

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Alexander

Le dije que la amo en un claro acto de inconsciencia.

Recuerdo como hace casi un año le dije que la amaba por primera vez, como nos entregamos en cuerpo y alma el uno al otro, recuerdo su calor, su pelo sobre mi cuerpo, su desnudez, su perfecta desnudez... La recuerdo feliz.

" Esta nevando, el frío es aterrador pero siento su calor sobre mi cuerpo en esta mañana de invierno.

- Feliz Navidad pequeña.- digo peinando su cabello cuando estamos empezando a despertar, ella me sonrie y me besa.

- Feliz Navidad guapo.- Me dice montando a horcajadas sobre mi pecho, sus ojos brillan como una niña ansiosa y su pregunta siguiente me hace romperme en carcajadas.- ¿Mi regalo de Navidad donde esta?

Me duele el abdomen de tanto reirme, me parto en risas cada vez que me calmo y veo su rostro, es tan buena actuando.

- ¡Alex!.- me riñe, dejo  de reír pero al ver el puchero que hace vuelvo a lo que se hacer mejor cuando estoy con ella... reír

Ella me mira con el ceño fruncido, se cruza de brazos y empieza a bajarse de mi abdomen, la sostengo y en un ágil movimiento que coloco encima de ella sin dejar todo mi peso sobre su delicada silueta.

- Pensé en ir a pasar el día al hipódromo.- digo quitando unos mechones de cabello de su hermoso rostro, sus ojos color avellana se iluminan pero quiero reír.- Pero ya veo que una casa de muñecas hubiera sido una mejor idea.

- ¡Alexander Montgomery!.- Me grita exasperada mientras yo continuo riendo descontrolado, miro su rostro y esta hirviendo lo se porque sus mejillas estan teñidas de rojo en su totalidad, busco sus labios pero evade mis movimientos, mis ojos encuentran los suyos y me pierdo.

- ¿Quién es lo mas hermoso del mundo?.- Le pregunto en un claro intento de calmar su enojo, ella me mira, frunce el ceño y me descoloca cuando se parte en una carcajada.- Así que con estas andamos?

- Hubieras visto tu cara.- Dice entre carcajadas, se retuerce debajo de mi cuerpo, se ve tan serena, tan libre y tan feliz.- El plan del hipódromo está genial.

- Si, pero y mi regalo?.- pregunto y de inmediato veo como se detiene.- No me digas que

- Creo que lo olvidé.- Dice apenada, cubre su boca con sus manos y evade mi mirada.

- ¡Olvidaste mi regalo de Navidad!.- Digo fingiendo indignación, me levanto de la cama para darle más realismo al asunto.- ¡En serio!

- Deberías dejar la medicina y dedicarte a la actuación.- Me dice antes de partirse en carcajadas, vuelvo a mi antigua posición y adopta una postura seria.-  Tu regalo de Navidad es una novia neurocirujana con ganas de comerse a un novio casi general.

La anatomia de un amor; SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora