Juré No Enamorarme de Ti

28- ¡Rayos y centellas!

Creo que esta semana ha pasado demasiado lento, de todos modos, siempre pienso lo mismo. Es que en verdad no termina más.

Menos mal, que ya es fin de semana, para ser más específico, es domingo, lo que significa que lamentablemente mañana tengo clases.

Hoy Julie y David han decidido venir a mi casa, y en este momento estamos los tres en el living, mirando una película.

—estoy aburrida —dice Julie recostando su cabeza sobre su brazo derecho. —y esta película es horrible, ¿quien la ha elegido?

—David —digo mirándolo.

—hey, no es mala. Solo son ustedes que no saben apreciarla, ustedes se la pierden —dice este rodando los ojos.

—¿alguno de ustedes dos sabe qué hora es?

—son las cinco de la tarde—le respondo a Julie— ¿por qué?

—ya que estamos aburridos...

—yo no lo estoy.

—bueno, David no lo está, pero estaba pensando en salir un rato a pasear, aunque sea a un parque o cualquier lugar para no mirar esta película.

  —me parece buena idea, pero no creo que David quiera acompañarnos....

  —o tal vez si —dice el apagando la televisión y levantándose del sillón para quedar enfrente de nosotros —solo quería que ustedes vieran este película, pero al parecer no les ha gustado a ningún de los dos.

—siéndote sincera, no me ha gustado ni un poco, ¿cómo te puede gustar a ti? —le pregunta Juliet haciendo una muesca de asco.

—no lo sé, desde hace muchos años que miro esta película y no me canso de hacerlo.

—y no entiendo cómo —digo riendo — en fin, ¿que vamos a hacer?

—vamos a caminar un rato, el día está muy lindo como para desperdiciarlo.

—tienes razón —dice Julie apoyando a David, mira algo en su celular y después vuelve a mirar a nuestro amigo —por cierto, debo mostrarles algo, así que es mejor que salgamos cuanto antes.

Agarro un buzo por las dudas y lo llevo debajo del brazo, no quiero que después el clima se ponga horrible y que nos agarre a nosotros cuando no estemos abrigados. Y lo sé, esta manía me la ha pegado mi madre, nunca quiere que salga sin alguna campera puesta al menos.

Les aviso a mis padres que Julie, David y yo vamos a salir por un rato, así que después de informales a donde vamos a ir, vuelvo al living para encontrarme con mis dos amigos esperándome listos en la puerta, hablando sobre algo seriamente pero se callan al verme llegar.

—¿que era eso tan secreto de lo que estaban hablando para callarse cuando yo llegue? —digo en modo de broma pero al parecer, mis amigos no lo notan, por lo que se ponen nervios sim saber que decirme.

—solo de un tema sin importancia —dice David —nada grave de que preocuparse.

Me quedo en silencio mirándolos a ambos sin convencerme con lo que me han dicho.

Presiento que algo me están ocultando pero no digo nada.

—¿ya nos podemos ir? —corta el silencio Julie.

Asiento con la cabeza y abrimos la puerta para después salir de la casa.

(...)

Después de que llegáramos al parque, y de caminar en el mismo por varios minutos, decido sentarme en un banco cerca de nosotros porque en verdad ya estoy cansado.