Juré No Enamorarme de Ti

37-¿Enemigos?

Cada vez, faltan menos días para presentar el proyecto. Y por más que nos llevó un largo tiempo ya que necesitaba estar en perfectas condiciones para presentar tanto la parte escrita como artística, Leyla y yo creemos ya estar listos.

De todos modos, ya se han presentado bastantes grupos, pero nosotros tuvimos la mala suerte de ser uno de los últimos, por lo que aún nos faltan algunos días para presentarlo.

Aunque en realidad, no es mala suerte, o tal vez si... por un lado, nos dieron más tiempo para terminarlo, pero por otro lado, tuvimos que esperar demasiado para presentarlo. Así que no lo sé.

Hoy ya es martes, todavía estoy en la clase de física  por más que hace cinco minutos tocó la campana avisando a los estudiantes y profesores que la primera clase del día a terminado, pero el profesor decidió seguir con su clase por más que escuchó, al igual que todos nosotros, el timbre de recreo.

  —¿podemos irnos ya? —interrumpe Leyla una de las largas explicaciones del profesor. —creo que a todos nos gustaría irnos, porque no sé si se dio cuenta, o si está sordo, pero ya terminó su clase.

—y lo que a mí me gustaría, Señorita Russell, es que me deje terminar mi clase, y si está tan desesperada por irse, puede hacerlo. —le responde el profesor.

Leyla se levanta de su asiento, agarra sus cosas y da un paso para marcharse pero el profesor la detiene hablando nuevamente.

—...pero, debe saber que se le descontarán cinco puntos de su calificación final —mi amiga abre su boca indignada pero no dice absolutamente nada y vuelve a su lugar con mala cara.

La sigo con la mirada hasta que llega nuevamente a su lugar mientras el profesor sigue con lo que estaba explicando. Leyla me mira y niega con la cabeza mientras hace una seña hacía el profesor, yo me río de su expresión y vuelvo a darme vuelta para prestar atención a lo que queda de la clase, aunque coincida con Leyla con el hecho de que ya todos queremos largarnos de esta interminable clase.

Después de cinco minutos más, de los cuales se nos descuentan del recreo, por fin terminó la clase de Física.

Espero a Leyla fuera del salón hasta que ella salga del mismo. Cuando sale, un grupo de chicas y chicos la acompañan detrás de ella mientras Leyla está hablando y ríe de algo que le dijeron.

Me acerco a ella y al darse cuenta de que estoy a su lado, le dice a sus amigos que la esperen un momento mientras me agarra del brazo y caminamos hasta el pasillo.

—¿qué ocurre? —pregunta cuando dejamos de caminar y tomamos asiento en uno de los tantos bancos que se encuentran en todo el pasillo.

—¿Acaso no puedo hablar con mi amiga? ¿Debo pedirte permiso antes, Leyla?

—lo siento, estaba ocupada.

—claro, entiendo. Estabas con los populares —me levanto tan rápido como me senté quedando frente a ella —entonces dejare que vayas con ellos, no te molestaré más.

—no lo hacías, soy una tonta, lo siento de nuevo, no tendría que haberme comportado así —suspira —lamentablemente hoy no es uno de mis mejores días, pero no es tu culpa y no debí tratarte así cuando tú me ayudas demasiado y creo que eres el único amigo que vale la pena.