Hoy es lunes y comienza una semana nueva, respecto a lo qué pasó ayer, decidí dejar todos mis pensamientos solo como una confusión y nada más, ya que en verdad creo que eso sea.Es decir, estuve pensando todo el día de ayer sobre eso, técnicamente, Leyla y yo nos conocemos y empezamos a ser amigos hace poco tiempo, y para mí es imposible que empiece a sentir cosas en tan poco tiempo de conocernos. ¡Ni siquiera pasamos tanto tiempo juntos!
Bueno... últimamente si, pero eso no se justifica.
Además, empecé con la apuesta hace un poco menos de tres meses, y de todos modos jure no enamorarme de Leyla, así que no quiero que eso ocurra.
Aparte, ¿estar enamorado? Ja, eso es imposible, no lo he estado y tampoco creo estarlo. Solo es una confusión momentánea.
En este momento, sigo acostado en mi cama, sin hacer nada, así que Miro la hora en mi reloj y me doy cuenta de que tendría que haberme levantado hace veinte minutos.
Rápidamente me levanto y me dirijo al baño, primero a cepillarme los dientes, para después bañarme en el menor tiempo posible.
Al terminar ambas acciones corro nuevamente a mi habitación, me cambio de ropa y agarro mi mochila con todos mis útiles para ir a la cocina a desayunar.
Mis padres están sentados uno junto al otro tomando tranquilamente su desayuno, y cuando ambos me ven, sonríen.
—buenos días, James —dicen al unísono.
—ya hice tu desayuno, ven a sentarte y toma rápido tu desayuno o sino llegarás tarde al colegio. —me dice mi madre y asiento haciendo lo que ella dice.
Cuando termino de tomar el desayuno, mi padre se despide de mi madre y yo hago lo mismo, agarro nuevamente mi mochila y sigo a mi padre hasta entrar al auto.
En el trayecto de mi casa al colegio, hemos hablado en todo momento con mi padre, pero no necesariamente de un tema específico.
—así que... ¿cómo van las cosas con Leyla?
¡¿Que?!
—¿q-Que? —pregunto confundido —¿d-de que hablas?
Espero por Dios que no sea de la apuesta. Porque él no lo sabe... ¡¿verdad?!
Ay no, quizás si lo sepa.
No. No. No puede ser...
Empiezo a sentir cada vez más calor haciendo que mi cara se ponga roja, no, ¿que digo? ¡En vez de roja, color bordó!
—ya lo sabes James, me lo contaste una semana después de que comenzaran las clases.
¡¿Que fue lo que le dije?!
—y-yo... —creo que ya he comenzado a sudar.
—¿no me habías dicho que te gustaba Leyla?
Y ahí dejo escapar todo el aire que tenía retenido.
¡Pero que susto me ha dado!
Pensé que se refería a la apuesta, pero que yo recuerde nunca se lo comenté, y eso fue lo que me asombró.
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Juré No Enamorarme de Ti
Teen FictionTodo comenzó con una simple apuesta: ¿Cuál? Yo, James Carter, el nerd de la clase, tendría que enamorar a Leyla Russell. A diferencia de mi, una de las chicas más populares del instituto. ¿A qué se debe ésta inusual apuesta? La respuesta es más sen...