Juré No Enamorarme de Ti

45- ¿deberia creer en ti?

Al entrar al baño, lo primero que hago es cambiarme de ropa, y sin dejar de pensar en Leyla.

Hoy a salido todo bien en nuestro proyecto y estoy muy feliz, no sólo porque aprobamos, si no porque Leyla es la razón de mi felicidad. Lo he pensado demasiado, y hoy le voy a pedir que seamos pareja.

Sé que tendría que haberlo hecho cuando confesé mis sentimientos, pero no pude hacerlo, fue muchos sentimientos  mezclados, los nervios, la emoción, la felicidad, y tristeza de pensar qué tal vez ella no quería algo más conmigo.

Termino de cambiar velozmente, guardo mi ropa en mi mochila y la dejo en el lavamanos unos segundos, en ese momento entra David con una gran sonrisa.

Ruedo los ojos ante su llegada. Agarro mi mochila para salir del baño pero me tira del brazo fuertemente para que me quede.

  —¿a donde crees que vas?

  —lejos de ti. No quiero verte, David. Pensé que lo habías entendido ya.

  —solo quiero decirte algo.

  —pues dilo así ya puedo largarme y no verte más.

  —vas bien, James. Jamás pensé que llegarías tan lejos con la apuesta, sinceramente no pensé que la harías.

Mi expresión cambia rápidamente, frunzo el ceño lo suficientemente enojado para que él retroceda unos pasos.

  —¿por qué dices eso?

  —ya la tienes totalmente enamorada por ti. Ahora solo déjala y ya.

  —no, no lo haré.

  —juraste no enamorarte de ella, James.

  —pues ya es tarde, ya lo he hecho, y no la dejaré, no ahora.

  —dijiste un millón de veces que terminarías la apuesta, ¡lo juraste!

  —y me arrepiento, y si me dejas, ya debo irme.

Cierro la puerta del baño con un fuerte portazo. Espero a Leyla afuera y al no verla salir después de varios minutos comienzo a preocuparme.

Minutos más tarde David sale del baño pero Leyla aún no.

Julie sale del baño de mujeres y sin otra opción, debo hablarle a ella.

  —¿Leyla estaba contigo?

  —estaba, pero se ha ido ya hace un rato. ¿Por qué?

¿Ella se ha ido? Dijo que me esperaría aquí.

  —no creo, ¿estás segura de que no está allí?

  —la vi irse con mis propios ojos, James. De todos modos no deberías preocuparte con ella.

La ignoro y sigo esperando en mi lugar, Julie se acerca hasta quedar al frente mío y dice.

  —no deberías esperarla por más tiempo, no vendrá.

  —¿cómo puedes asegurarlo?