Estoy al borde de la locura total, y lamentablemente no en el buen sentido.
Esperen.
¿Hay un buen sentido de locura?
No tengo idea, pero si no encuentro la maldita campera que estoy buscando hace más de veinte minutos me replantearé si debo seguir buscando o directamente dar vuelta la casa.
—Nena, ¿Sabes donde está la chaqueta de Eloy? —le pregunto a mi esposa desde la habitación de nuestro pequeño.
—en su placar, James. Debe estar allí.
Frunzo el ceño, revuelvo un poco el placar pero no veo su chaqueta por ningún lado.
—aquí no está. ¿Estás segura?
—si, amor.—me cruzo de brazos y dirijo mi vista hacia mi pequeño hijo, que ya con tres años se encuentra mirándome desde su cama con su cabecita inclinada hacia un lado.
Me acerco a él y lo tomo entre mis brazos, Eloy suelta una risita haciéndome sonreír y me dirijo hacia mi esposa, la cual se encuentra en nuestro cuarto.
Al llegar, me recargo en el marco de la puerta y la observo dar el último retoque a sus labios. Desde el espejo de su tocador ella logra vernos, así que se levanta con una sonrisa y se acerca a nosotros.
—hola mi amor. ¿Ya despertaste bebé? —dice hablando en tono infantil dirigiéndose a nuestro niño.
—oh, pensé que me decías a mi. —hago puchero y mi esposa ríe—Y por cierto, si, también me desperté hace unos minutos.
Eloy estira sus bracitos para que su madre lo cargue, así que sin dudarlo Leyla lo toma entre sus brazos mientras deja un pequeño beso en su mejilla y lo acaricia con ternura.
—tú también eres mi amor. —se acerca a mi y besa mis labios.
Sonrío en el medio del beso y agarro su cadera para acercarla a mi, lo que provoca que profundice más el beso.
—no, amor, se va a salir mi labial. —murmura contra mis labios pero yo sigo besándola.
—Oh, qué lástima, Nena.—sonrío dándole pequeños y castos besos en sus preciosos labios. —pero no puedo dejar de besarte.
Leyla ríe para luego negar con la cabeza y rendirse totalmente.
—papi.
Abro un ojo y veo a nuestro Niño en los brazos de mi esposa y tapando sus ojos con sus dos manos, sonrío al ver esa imagen y lentamente me separo de Leyla, la cual suelta un quejido cuando lo hago.
—¿que ocurre, mini yo? —pellizco su mejilla.
Él se retuerce en los brazos de su madre hasta que ella suelta su agarre y con mucho cuidado lo deja en en suelo, nuestro hijo aprovecha que nadie lo está agarrando y echa a correr.
—¡Eloy Carter! Ven aquí, pequeño revoltoso. —mi esposa lleva sus manos a su cadera. —este niño no puede ser más travieso —suelta un suspiro. —pero es lo mejor que podría haberme pasado, al igual que estar contigo.
—oh, cariño. ¿Ya te has puesto sentimental? —asiente con la cabeza.
Extiende sus brazos y se acerca a mi para envolverme en un gran abrazo.
—la bebé hace que me ponga sensible. —murmura contra mi pecho. —aunque no puedo esperar para poder cargarla y tenerla en mis brazos.
—nuestra pequeña Hope. —sonrío mientras acaricio tiernamente su estómago.
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Juré No Enamorarme de Ti
Ficção AdolescenteTodo comenzó con una simple apuesta: ¿Cuál? Yo, James Carter, el nerd de la clase, tendría que enamorar a Leyla Russell. A diferencia de mi, una de las chicas más populares del instituto. ¿A qué se debe ésta inusual apuesta? La respuesta es más sen...