Capítulo 2

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(Punto de vista de Ana)

¡Qué puta pasada! O sea, qué pasada, a secas. Ana, como no empieces a controlarte ahora que acabas de llegar... ¡Qué coño! Es que esto era una puta pasada.

A ver, lo de tener conversaciones mentales conmigo misma era algo habitual en mí, para qué nos vamos a engañar. Lo de no ser la persona más correcta del mundo hablando es algo en lo que tengo que trabajar, pero qué iba a hacer, estaba a punto de comenzar unas de las experiencias más increíbles de toda mi vida y no se me ocurrían otras palabras para expresar lo que estaba sintiendo.

Una oportunidad como ésta, la de formar parte de un programa tan mítico como Operación Triunfo, era un sueño que, hasta hacía poco tiempo, no sabía ni que tenía. Que sí, desde siempre había querido dedicarme al mundo de la música -toda mi vida giraba en torno a ello- pero hacerlo aquí iba mucho más allá de mi mis ambiciones más locas.

Y aquí estaba, en la entrada de este lugar que ya sentía como mágico esperando a que se uniera a nosotros nuestro último compañero. O compañera.

Mimi, Mario y Joao se habían quedado a las puertas y sólo uno de ellos entraría en la Academia. Para mí los tres lo habían hecho genial en sus actuaciones, probablemente mucho mejor que yo -que había desafinado como una loca- y, sin embargo, yo estaba dentro y ellos fuera. Ya empezaba a entender lo difícil que iba a ser esto en ciertos aspectos...

Yo me llevaba muy bien con los tres, sobre todo con Mario y Mimi, a quienes había conocido en el casting final. Mario era la alegría de la huerta, nunca le faltaba conversación que darte o una broma para distraerte de los nervios de un momento así. La verdad es que, sin duda, vivir esta experiencia con él sería genial. Pero es que también estaba Mimi.

Desde que nos presentaron, no nos separamos. ¿Sabes esa sensación de cuando sientes que conoces a alguien de toda la vida? Pues así. Aunque no hiciera ni un mes, ahora mismo, que habíamos hablado por primera vez.

Recuerdo que se mostraba siempre muy insegura en todas las pruebas, como si sintiera que era peor que todo el mundo, lo cual me resultaba alucinante porque, a mis ojos, lo tenía todo para hacer lo que le diera la gana encima de cualquier escenario. Pero ella no lo veía, y ahora encima se había quedado en duda por el jurado y a lo mejor no entraba en la Academia.

De repente, noté una sensación muy rara. Creo que hasta ahora y desde que la había conocido, nunca me había planteado que yo podía entrar aquí y ella no, y ahora que lo pensaba no me gustaba la idea. Había más personas entre mis compañeros con quienes me llevaba ya muy bien, como Cepeda y Roi, pero sentía que con Mimi había empezado un vínculo especial que no me gustaría perder.

Qué nervios, madre mía. ¿Podía abrirse ya esa puerta y revelarnos quién era el 16° concursante?

-¿Tenéis ganas de ver quién es el compañero que falta?- Dijo por fin Noemí.

Todos empezamos a gritar que sí y yo agradecí que la angustia de la espera tocara su fin. Pero, ¿y si no era Mimi la que estaba al otro lado? Prefería no pensarlo, al fin y al cabo, lo que pasara o no no dependía de mí...

-Pues, ¡adelante! Yo tampoco sé quién es.

En ese momento, Noemí empujó la puerta y yo no pude ni siquiera ver quién era la persona al otro lado porque todos mis compañeros se abalanzaron sobre ella.

-¡Madre mía, qué locura!- Casi se llevan por delante a la pobre Noe con tanta euforia y ella, apartándose del grupo, miró a la cámara para dirigirse a los espectadores del Chat- Es Mimi, por cierto.

¿En serio? Dios mío, qué alivio. En ese momento la vi, era ella. El público la había elegido y yo solté un suspiro infinito y todo el aire que no me había dado cuenta que había estado conteniendo.

Todos abrazaban a Mimi y yo sólo quería llegar a ella para hacer lo mismo. En el momento en que se giró hacia mí y nuestros ojos se encontraron noté, como de costumbre, que nos decíamos todo sin hablar. Era algo extraño, que no solía pasarme con nadie y, sin embargo, con ella sí. Desde el principio.

-¡Ana!- Nos abrazamos y en ese momento me di cuenta de lo feliz que estaba por tenerla allí, para vivir conmigo esa aventura.

-¡Mimi! No sabes lo feliz que me hace que estés aquí.

En medio de mis palabras, Noe interrumpió el momento abrazo múltiple para decirnos que, por favor, pasáramos a la sala de ensayos a conocer a nuestros profes. A partir de ahí todo fue euforia, emoción, besos, abrazos y mucha alegría. De ellos y nuestra. Todavía no me podía creer que aquello fuera cierto...

Después Noe nos hizo una ruta por la Academia y pasamos un rato al salón donde nos pusieron mensajes que el público había enviado a través de las redes sociales y preguntas que querían hacernos. Me parecía increíble que toda esa gente supiera de nuestra existencia y todavía me daba muchísimo vértigo pensar que sí, que esto era real y que estábamos en un programa de televisión con miles -tal vez millones, con suerte- de personas que lo veían.

Cuando nos levantamos del sofá para ver la parte más privada de la Academia, donde se encontraban los baños, las habitaciones y el vestidor, noté que alguien me agarraba suavemente la mano.

-¿No te parece todo mentira? -Era Mimi, con esa cara tan suya de cuando la emoción le sobrepasaba.

-Ya lo creo. Hace nada estábamos sentadas en el suelo del hotel, esperando a que nos llamaran por nuestro número para ver si pasábamos a la siguiente fase y, míranos ahora, aquí. Me parece lo más surrealista que he vivido nunca.

-Yo siempre supe que estarías aquí, Anita. Tienes algo que el mundo no se puede perder.

-Eres única subiendo la autoestima a la gente, amiga. ¿Cómo me puedes decir esas cosas tan bonitas y no darte cuenta de que tú eres todo eso y más?

-Bueno, eso ya lo veremos. Ya sabes cómo soy. El caso es que aquí estamos y esto va a ser una pasada, ¿no?

-Sí, una puta pasada -Le contesté sintiendo cada palabra que salía de mi boca- y estoy segura de que todo lo bueno está por llegar...

Lo bueno está por llegar || WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora