Lo bueno está por llegar || WARMI

Capítulo 108

(Punto de vista de Ana)

-Que no, Mimi, que ni de coña.

-Pero, ¿por qué?

-Pues porque no. -Me pegué el teléfono a la oreja mientras apuraba lo que me quedaba del cigarro.

-¡Y ya estaría! -Exclamó ella al otro lado de la línea y en tono chulesco.

-Pues sí.

-Joder, Ana, cuando te pones cabezona no te gana nadie, eh...

-No se trata de ser cabezona, es que no quiero hacerte pasar por eso.

-Pero si a mí me da igual. -Dijo.- Lo que no puede ser es que lleves ya cuatro días en mi casa sobreviviendo con la maleta que traías de Barcelona.

-Pero si tu ropa me sienta muy bien...

-Si no te digo que no, pero no podemos estar compartiéndolo todo eternamente.

-Uy, esto se tambalea, eh. -Me reí.

-Ana... -Hizo una pausa.- Tómatelo en serio, por favor. Que yo sé que no tienes ganas de volver a esa casa y tener que lidiar con él de nuevo, ni de que nos monte una escenita como ya hizo una vez, pero entonces al menos déjame ir a mí. Me dices lo que quieres que coja y yo te hago una maleta y te la llevo a mi casa.

-Que no, que no tienes que hacer eso. Además, que no me digas que lo hago por huir de él cuando me paso mucho más tiempo del que me gustaría viéndole la cara.

-Ya, mi amor, pero en la compañía es diferente, porque estáis trabajando y hay mucha gente alrededor. 

-Bueno, pero que da igual. -Le dije.- Que ya iré... ¿Tú qué tal? ¿Qué tal la mañana en el estudio?

-La mañana muy bien, Ana, pero no me cambies de tema. -Era imposible con ella.- Si no quieres, déjame ir a mí, de verdad.

-Que no, Mimi, ya te he dicho que no. No me parece justo.

-Pero qué más da. Me acerco a casa cuando acabe aquí, cojo tus llaves y voy para allí en un momento. -Dijo.- Además, Jadel está ahí en Universal ahora mismo, ¿no? Pues perfecto, así no le tengo ni que ver.

-Que no, que las llaves creo que las tengo yo en mi bolso, y que con la suerte que tenemos seguro que pasa algo y aparece.

-Pues que aparezca. A mí me la suda, Ana.

-Pero a mí no. -Quise zanjar el tema.- Que no me da la gana de que tengas que pasar por eso tú, que eres quien menos merece tragarse toda su mierda y ya bastantes veces lo has hecho...

-Y más veces lo haría. Ya lo sabes.

-Lo sé, pero no quiero, Mimi. Olvídate del tema, por favor, y ya veré yo cómo lo hago.

-Ana...

-¿Qué?

-Pues que esto ya roza el ridículo. Que hace casi dos semanas que hiciste una maleta para unos días en Barcelona y llevas todo este tiempo con cuatro cosas...

-Mimi, no empecemos otra vez con el bucle, por favor.

-No, pero es que es verdad, y que sabes que me encanta verte con mi ropa. Lo sabes, ¿no? -Se quedó callada, esperando a que yo contestara.

-Lo sé. -No pude evitar sonreír.

-Vale. Pues eso, pero que ya hemos hablado de esto y ahora lo que pasa es que estás queriendo huir del asunto.

-Mimi, por favor...

-Es que es muy sencillo, Ana, que me acerco yo en un momento y listo.

-Dios mío. -Me apoyé en la barandilla de la terraza, apagando el pitillo contra ella.- No te cansas, ¿no?