Capítulo 14

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(Punto de vista de Ana)

-A ver, chicos, como sabéis esta clase no estaba prevista. -Javi A. empezó a explicarse, mientras el resto continuábamos sentados en las escaleras de la sala de ensayos. -Pero después del pase de micros, hemos creído que era necesaria.

Los Javis se sonrieron entre ellos.

-Ha sido una cagada, ¿no? -Preguntó Agoney.

-¡No! -Le respondió Javi C. -Para nada. A ver, no queremos que os quedéis con esa sensación. Estáis trabajando muy bien, de verdad, y va todo por muy buen camino.

-Sí, chicos. -Continuó el otro Javi.- No es nada malo, y vuestra actitud es estupenda, en serio. Pero es que, al terminar el pase, nos hemos dado cuenta de que el fallo general, por decirlo de alguna manera, era el mismo en todos y tiene mucho que ver con vuestra presencia en el escenario.

Todos escuchábamos expectantes.

-A ver, -siguió Javi A.- se os ha dado muchísima información estos días y sabemos que es demasiado para tan poco tiempo. Vosotros tenéis talento de sobra para hacer cualquier cosa que se os pida, pero todo requiere un proceso. Y, ahora mismo, estáis en un punto en el que se os ve demasiado pendientes todo el rato de seguir las indicaciones que habéis recibido: cuándo tengo que subir de tono, cómo tengo que mover el brazo, en qué momento de la canción tengo que caminar hacia mi compañero, ahora nos miramos, ahora no... Estáis super pendientes de todo eso y se nota demasiado.

Tenía razón. Llevábamos todo cogido con pinzas y era lo que más miedo me daba: que el lunes, en vez de una Gala, aquello pareciera la función de fin de curso de un grupo de adolescentes.

-Y es normal. -Prosiguió.- El reto está en conseguir que interioricéis todo eso de tal manera que os salga solo, sin pensar. En eso tiene que consistir vuestro trabajo, sobre todo en nuestra parte, en la interpretación. Ahí es donde se ve si algo es de verdad o no. Y a todos, al estar tan pendientes de hacer cada pequeña cosa bien, se os está olvidando lo más importante: estar conectados entre vosotros.

-Vamos, que ha sido un desastre. -Insistió ahora Roi.

-No, chicos, de verdad. -Javi C. tomó la palabra.- Tomáoslo en serio. Esto es un consejo para ahora y para siempre. No merece la pena subirse a un escenario a contar algo al público si no lo hacemos de verdad, si no sentimos y vivimos cada palabra que sale de nuestra boca, cada movimiento que hacemos...

Yo no podía estar más de acuerdo.

-Y tenéis la suerte de ser un grupo de personas maravilloso. -Siguió.- Que habéis conectado súper bien, que os lleváis súper bien y que os resulta fácil y agradable trabajar juntos. Pues aprovechad eso que ya tenéis. No seáis tontos, no impidáis con otras cosas que eso, que es lo más real de todo, se vea y le llegue al público.

-Sí, y para ayudaros queremos proponeros un ejercicio. -Javi A. intervino sonriente. -Y queremos que os lo toméis muy en serio, además.

Todos asentimos, expectantes ante lo que diría a continuación. Javi continuó con la explicación.

-Tenéis la misión, entre esta noche y mañana, de escribir una carta a vuestro compañero.

-¿A qué compañero? -Preguntó Amaia, confusa.

-A vuestro compañero de canción, cariño. En tu caso, a Nerea. -Le respondió Javi C. en medio de una risa tierna.

-Ah, bueno, claro. Qué tonta soy. Jo, lo siento. -Contestó ella.

-No, si está bien que preguntéis todo lo que no entendáis. Queremos que esto sirva para algo.

-Sí. -Dijo ahora Javi A.- A ver, entonces, queremos que escribáis una carta a vuestro compañero de esta semana en la que le contéis algo que sea muy de verdad. Me da igual el qué: puede ser que compartáis un recuerdo súper especial para vosotros, que habléis de cómo os sentís desde que habéis entrado aquí, que le digáis qué os parece trabajar con él o ella... Da igual, pero que sea de verdad.

-Sí, es decir, -continuó el otro Javi- queremos que entendáis, si aún no lo tenéis claro, que la otra persona tiene que ser alguien en quien podéis confiar y con quién sentiros bien. Si eso no existe de verdad, no se va a dar en el escenario. Y tampoco es algo que se pueda forzar, ¡eh! Podría ser que os cayerais súper mal y, pues bueno, habría que aguantarse y tratar de salvar la situación de la mejor manera. Pero resulta que no, que os lleváis súper bien, que ya os queréis a pesar de llevar poco tiempo juntos aquí... Y tenéis que aprovechar eso y ahondar en todos esos sentimientos. Cuanto más conectados estéis entre vosotros, más real va a ser lo que suceda después en el escenario y más capaces vais a ser de transmitir todo eso al público sin apenas esfuerzo.

O sea, resumiendo, que tenía que escribirle una carta a Mimi en la que le contara algo personal y especial para mí con el fin de lograr que la confianza y la conexión entre nosotras fuera mayor. Bueno, no me parecía nada mal, pero creo que en nuestro caso no nos hacía mucha falta ahondar en sentimientos que ambas teníamos muy claros. Nosotras nos lo decíamos todo, los propios Javis habían hablado de la química tan guay que teníamos. Claro, pensándolo bien, éste era una ejercicio para todos pero seguro que encaminado a aquellos que necesitaban conectar más con sus parejas.

-¡Eh! Y, de verdad, -dijo Javi C.- os pedimos que os lo toméis muy en serio todos. Algunos igual pensáis que esto es una chorrada, a otros os parecerá muy bien. No sé, no quiero saberlo. Pero estoy seguro de que habrá muchos de vosotros que estáis pensando que no os hace falta, que ya llega con lo que hay.

¿En qué momento este señor se había vuelto capaz de leer mis pensamientos?

-Pues no os confiéis. Y no os engañéis. -Dijo.- Incluso los que pensáis que os conocéis y que está todo dicho entre vosotros, a lo mejor no. A lo mejor tenéis cosas dentro que no le habéis dicho a la otra persona. O a lo mejor es la otra persona la que no os ha dicho algo, y eso puede ser por muchos motivos, entre ellos que tal vez no le estéis dando el espacio para hacerlo. No sé. Con esto quiero decir que normalmente siempre hay mucho más de lo que se ve. Y en todas las relaciones, incluso en las más profundas, hay mucho de lo importante que se queda perdido en lo que no se dice. Y eso nunca merece la pena.

-Vale, y ahora nos vamos que nos estamos poniendo tan intensos como siempre. -Dijo Javi A. riendo y causando la misma reacción en todos.

-Es que hoy todavía no nos habíamos puesto así, Javi, a ver si se iban a pensar que nos había pasado algo...

-Venga, chicos, pues lo dicho: tenéis deberes. -Javi A. habló y se levantó para despedirse.

-Os vamos a estar vigilando por el 24 horas, eh, que lo sepáis. -Nos dijo el otro Javi y empezó a hacer lo mismo.

Después de unos cuantos besos y abrazos, los Javis cruzaron la puerta que separaba la Academia del "mundo real" y nosotros nos dirigimos a la cocina para empezar a cenar.

Pero yo antes tenía algo importante que hacer. Algo que no podía esperar...

Lo bueno está por llegar || WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora