Lo bueno está por llegar || WARMI

Capítulo 15

(Punto de vista de Mimi)

-Mimi, ven, corre. Que Miriam está inspirada y de aquí puede salir algo muy guay.

Después de recoger mis cosas tras la mini clase improvisada de los Javis, me dirigí a la zona del salón y enseguida Agoney llamó mi atención. Unos cuantos se habían sentado en el sofá y en el suelo alrededor de Miriam, que tocaba la guitarra.

-¡De aquí va a salir el himno de OT 2017! -Añadió Nerea emocionada.

-A ver, no nos vengamos arriba que acabamos de empezar. -Les dijo Miriam.

-Ya, tía, pero es que entre tus ideas y que nos ha dado el punto de inspiración a todos. -Dijo Nerea.

-Bueno, -hablé yo por fin- todos, todos, tampoco. Que aquí falta mucha gente.

-Pues que vengan, que la inspiración no se puede cortar así como así. -Me dijo Nerea.

Miriam dejó un momento la guitarra y comenzó a pasar las páginas de su libreta hasta llegar a una llena de anotaciones.

-A ver, -nos centró- yo aquí fui anotando cosas que se me iban ocurriendo estos días, pero creo que todos tenemos que proponer ideas.

-Sí, se trata de que esto sea una cosa coral de verdad. Nada de egos ni historias de ese tipo. -Dijo Agoney.

-Estoy de acuerdo. -Siguió Marina.- Que no queremos dramas después de quién hizo qué...

-No, por eso lo digo. -Dijo Miriam.- Que cada uno tiene que pensar como pequeñas frases que condensen todos los sentimientos que estamos viviendo aquí, y luego vemos cómo podemos encajarlas en la canción y moldearlas para que peguen.

Yo quise tener claro el concepto antes de llamar a las musas.

-Pero entonces, tenemos claro que la esencia de la canción tiene que girar entorno a lo que significa esta experiencia y lo que se ha creado entre nosotros, ¿no?

-Yo creo que sí, creo que es lo más lógico. -Dijo Miriam, convencida.

-Sí, o sea, que dentro de muchos años si la escuchamos, podamos volver a sentir todo lo que vivimos aquí. -Intervino Nerea.

-Jo, qué guay, chicos. -Yo ya me la estaba imaginando y apenas habíamos empezado.

Poco a poco se fueron sumando el resto de nuestros compañeros, pero seguíamos sin estar todos. ¿Dónde estarían los demás?

Empezamos a decir frases y estrofas improvisadas que nos iban saliendo. Muchas eran demasiado cursis o caían en los típicos clichés. Por el medio, salían también auténticas chorradas que claramente no servían para crear una canción pero sí para reírnos un buen rato. Y, bueno, de vez en cuando aparecían pequeñas cosillas rescatables que dejaban entrever un pequeño atisbo de lo que se podía llegar a formar ahí. Y todo eso, sumado a los acordes de Miriam a la guitarra estaba consiguiendo emocionarme.

-Ay, chicos, ¡qué guay todo! -Dijo Miriam como si estuviera leyendo mis pensamientos. -Me estoy emocionando.

Todos nos reímos y, al mirar a Nerea, vi que le faltaba poco para que se le cayera una lágrima. ¡Qué bonita!

El timbre que anunciaba la cena rompió el momento de magia que se estaba creando entre nosotros. Pero tal vez hasta era bueno, nos estábamos poniendo demasiado profundos...

Empezamos a levantarnos para ir a cenar y, en ese momento, alguien que había estado ausente durante todo ese rato apareció por la puerta del salón.

-¿Y dónde estabas tú, Banana? -Le pregunté cuando sus ojos se clavaron en mí.

-Pues por ahí... -Me contestó ella misteriosa y sin dejar de caminar.