Capítulo 16

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(Punto de vista de Ana)

O sea, que el rato en el que Mimi
se había ausentado, había sido para lo mismo que hice yo: escribir la carta.

Era cierto que, cuando los Javis nos plantearon el ejercicio, yo había pensado que era un poco innecesario entre nosotras. Comprendía que a otros compañeros podría ayudarles, pero Mimi y yo no teníamos ningún problema de comunicación. Todo lo que pensábamos nos lo decíamos y yo sentía que no había nada que no nos estuviéramos diciendo.

Pero después Javi, leyéndome la mente, nos dijo que no debíamos confiarnos, que hasta en las relaciones más estrechas hay siempre cosas por decir. Y en parte yo misma había comprobado hacía un rato que eso era cierto... Había tanto en realidad que Mimi se merecía que le dijera que, aunque de alguna manera ya lo supiera, no me parecía suficiente. Hasta yo me había sorprendido a mí misma al explorar mi interior cuando me senté delante de mi hoja en blanco.

Y ahora la tenía delante a ella, cantando, moviéndose sin poder evitarlo en cuanto los acordes de las guitarras que tocaban Miriam y Roi comenzaban a sonar, completamente metida en el proceso de composición de la canción. Tan entusiasmada... Ésa era una de las cosas que más me gustaban de ella: la pasión con que lo vivía todo.

-Hoy Mimi y tú os hacéis la competencia mutuamente. -Me dijo de pronto Ricky, golpeando sutilmente mi brazo con su codo.

-¿Cómo? -Yo no entendía nada.

-Que estáis 50-50 en el concurso de "a ver a quién se le pone más cara de tonta". -Respondió vacilón.

Mimi le escuchó y enseguida intervino.

-No le hagas caso, Ana, que hoy se ha levantado gracioso y quiere acabar el día igual...

-Pero si no estoy diciendo nada que no sea cierto... -Se defendió él.

-A ver, ¿y cómo se supone que es nuestra cara de tontas? -Le pregunté yo.

-Pues así. -Una sonrisa inmensa se dibujó en la cara de Ricky, que apoyó una mano en la barbilla y se puso a mirar al infinito como si estuviera viendo un ángel.

-No, si de tonto sí que es. De tonto del bote. -Le dijo Mimi y, acto seguido, le propinó un golpe suave en la cabeza.

-Haced toda la burla que queráis, pero andáis las dos con esa cara todo el día y vosotras sabréis por qué... -Dijo irónico.

-¿Y cuál es tu teoría? -Quise saber yo.

-Ay, cariño. -Me dijo fingiendo seriedad.- No voy a especular... Eso os lo dejo a vosotras que bastante tenéis.

Dicho esto, se levantó del sofá y dándonos un beso en la cabeza a cada una, se dirigió hacia la habitación. La mayoría de nuestros compañeros estaban haciendo lo mismo, se había hecho tarde.

Miré a Mimi y me fijé en que había mantenido el contacto visual con Ricky, como si ambos supieran algo que yo desconocía. La verdad es que la escenita que acababa de protagonizar aquí el amigo hacía un momento había sido un poco extraña...

-Pues habrá que ir a la cama ya, ¿no? -Me dijo Mimi levantándose del suelo.

-Sí, va siendo hora. -Le dije y le tendí mi mano para que me ayudara a ponerme de pie.

Nos dirigimos al baño donde ya no quedaba casi nadie. Todos estaban ya en la habitación, eran cerca de las 12. Con la historia de la canción, al final se nos había pasado el tiempo sin darnos ni cuenta y al día siguiente tocaba madrugar.

-Voy a ponerme el pijama, ¿vale? -Le dije a Mimi que estaba terminando de lavarse los dientes.

-Vale, Anita. -Me guiñó un ojo y yo me dirigí al vestidor.

Lo bueno está por llegar || WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora