Capítulo 35

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(Punto de vista de Mimi)

Entré en la habitación y fui directa a sentarme sobre la cama de Ana. Ella tardó unos segundos en hacer lo mismo y se quedó parada en la puerta, buscándome con la mirada y tratando de descifrar cuál era mi estado de ánimo exacto.

Tal vez la había abordado con cierta agresividad en el baño, pero es que llevaba toda la tarde pendiente de ella porque la notaba rara y ya no podía esperar más. Desde que me había ido del plató al baño con Ricky, Ana no había vuelto a ser la misma y, una vez habíamos llegado a la Academia, no encontraba el momento para hablar las dos por fin y aclarar lo que fuera que pasaba.

A lo mejor eran sólo suposiciones mías, pero la notaba como hipersensible y la conocía ya lo suficiente como para saber que le estaba pasando algo y no lo estaba compartiendo conmigo. Y eso me molestaba un montón.

No es que yo fuera una persona controladora ni mucho menos, todo lo contrario... Pero Ana y yo teníamos la confianza suficiente como para no escondernos nada y encontrar siempre en la otra el lugar perfecto en el que desahogarse. Y me dolía pensar que ella estaba mal por alguna razón y no era capaz de recurrir a mí. Pero, fuera como fuese, había llegado el momento de averiguar qué estaba pasando.

Finalmente, Ana se acercó a mí y se sentó también sobre su cama. Yo me crucé de piernas y me situé frente a ella, que se colocó en una postura similar.

-¿Qué pasa, Ana? -Volví a ser yo quien inició la conversación, pero en esta ocasión puse toda la ternura de la que fui capaz en mi tono de voz.

Una parte de mí estaba un poco agotada, mentalmente hablando, por esta situación absurda que no sabía bien en qué momento se había creado. Pero, otra parte, lo único que quería era descubrir qué le pasaba y estar para ella de la mejor forma posible.

-Pues que soy una rayada... -Me dijo con la mirada fija en el nórdico de la cama.

-¿Una rayada por qué? -Le pregunté.

Ella suspiró. Parecía que no supiese por dónde empezar y yo comencé a preocuparme.

-A ver, es que me siento hasta ridícula diciendo esto en voz alta ahora...

-Ana, si algo te preocupa no es ridículo. Pero necesito que lo compartas conmigo para poder ayudarte.

-Es que en realidad es una tontería. -Seguía sin levantar la mirada.

-No será una tontería cuando llevas toda la tarde rarísima. -Le dije yo.- No me lo negarás... Tengo la sensación de que he hecho algo que te ha molestado pero no sé qué es.

-No es eso exactamente. -Dijo ella.- O sí, no sé.

Coloqué una mano sobre su rodilla y la acaricié con suavidad para animarla a que siguiese hablando con un poquito más de claridad.

-Ana, así no vamos a ningún sitio. Si no me dices lo que te pasa, yo...

-Tengo la sensación de que cuando Ricky y tú os habéis ido, ha sido por algo relacionado conmigo. Y me raya mucho pensar que está sucediendo algo que me incumbe y yo no me estoy enterando. -Me interrumpió y lo soltó todo de golpe.

O sea, que era eso. Se había dado perfecta cuenta de que Ricky y yo nos habíamos apartado del grupo adrede para hablar algo sin que el resto se enterara y que, después, incluso nos habíamos salido del plató. ¿Pero cómo no se iba a dar cuenta? Con que estuviera la mitad de pendiente de mí de lo que yo lo estaba normalmente de ella, ya se habría enterado.

-Ana, eso no es nada. Son cosas de Ricky. -Le dije tratando de quitar hierro al asunto.

-Mimi, sabes que yo no soy así. No estoy analizando lo que otros hacen constantemente y respeto demasiado tu relación con Ricky como para meterme en lo que habláis o en lo que hacéis. -Dijo ya mirándome a los ojos.- Pero llámalo intuición o lo que tú quieras, tengo la sensación de que en este caso sí es algo que tiene que ver conmigo.

Lo bueno está por llegar || WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora