Cap. 23

227 16 142
                                    

Hela:

Entro y veo una cantidad enorme de niñas y niños corriendo arriba y abajo, todos rojos y algo sudados por no parar de jugar. Miro el castillo hinchable y veo a mi hija, está saltando con dos amigas.

_ ¡Mami!

Tara viene corriendo a mí y me da un abrazo y un beso contenta. Aprovecho el momento, dentro de unos años ya no sé alegrará así de verme, debo disfrutar esta etapa.

Miro su cara, esta tan sudada que sus tirabuzones se le pegan a su ahora rojo rostro. Me río y le hago una coleta utilizando mis manos como si fueran un cepillo.

Tras unos pocos minutos la niña vuelve con sus amiguitos a jugar y yo me dirijo a donde están todos los padres, bueno, las madres y Jared, porque desgraciadamente la sociedad es así y en prácticamente todos los casos son las madres las que se encargan de los hijos. Todas están bebiendo alguna cerveza o Coca-cola menos él que tiene delante una botella de agua. Me río al verle, es el alma de la fiesta, todas las madres charlan y se ríen con él.

_ Hola Hela -me dice Jared nada más verme-, que pronto has venido.

_ Hola, ¿qué tal va todo? -saludo al resto de madres y Jared se levanta de su silla para que me siente donde estaba él-.

_ Siéntate aquí, voy a por una bebida. Lo mismo de siempre, ¿verdad?

Asiento y veo como se marcha corriendo, me siento donde él estaba y veo a todas las madres, le miran embelesadas.

_ ¡Qué suerte tienes! -me dice una de ellas-. No sé cuándo fue la última vez en la que mi marido me trajo alguna bebida.

_ Yo sí, nunca -le responde otra, a lo que todas se ríen-.

_ De verdad Hela, te tocó el gordo. Ojalá todos los padres fueran como él, tan atentos y cariñosos con sus hijas.

Sonrío, me gusta que Jared sea cariñoso con Tara, pero me molesta que lo vean como algo excepcional. Es lo mismo de siempre, sí una madre se ocupa de su hijo es lo lógico porque es su madre, si lo hace el padre ya le cuelgan la medalla al padre del año.

_ Jared la quiere mucho sí -respondo sonriendo para no parecer una cretina, al fin y al cabo es verdad, Jared la adora-.

_ Y a ti, solo hay que ver cómo se le ilumina la cara cuando te nombra o te ve.

Me giro buscando a Jared por el local, me siento incómoda en este momento. Es como si necesitara que me salvara, no sé qué responder ante esta situación.

_ No... Jared y yo no...

En ese mismo momento aparece con unas bebidas en sus manos, lleva una Coca-Cola light para mí y un par de botellas de agua. Coge una silla de otra mesa y la deja a mi lado para sentarse él, pero antes de hacerlo va a donde están todos los niños y le dice a Tara y un par de niñas más que beban un poco, ya que de tanto correr y jugar están rojas como tomates y sudadas. Veo cómo les sujeta la botella obligándolas a beber. Sonrío como respuesta, me encanta que sea tan atento con los niños, es una faceta que antes de tener a Tara nunca había visto en él. A Jared le gustaban los niños, pero para jugar un rato haciendo el loco y después devolvérselos a sus padres. Nunca le había visto en una actitud tan paternal, y es algo que me sorprende gratamente.

Cuando acaba vuelve y se sienta a mi lado mientras abre otra botella de agua y bebe él, veo que todas las madres le siguen mirando embelesadas, siempre he odiado que sea tan rematadamente guapo.

_ Lo que os comentaba -empieza decir nada más sentarse-, el truco está en la gelatina, compro una vegana que no tiene cola de pescado ni ningún tipo de mierda de esas. Lo que yo hago es que trituro la fruta, normalmente fresas o moras, les pongo un poco de gelatina vegana y lo pongo todo en unos moldes con figuritas. Así la niña cree que son golosinas pero en realidad es puré de frutas.

Bright Lights (Luces brillantes) -COMPLETADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora