Cap. 32

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Hela:

Miro por enésima vez mis uñas, no se por qué, simplemente estoy nerviosa. Froto mis manos y comienzo a tamborilear mi pie contra el suelo, no me puedo creer que algo tan simple como conocer a una persona suponga tantas incertidumbres y tanto estrés para mí. Bueno, supongo que es normal, voy a conocer a mi prima, por fin conoceré a alguien de mi familia. Debo admitirlo, tengo miedo. ¿Y si no nos llevamos bien? ¿Y si descubro que sus padres no me quisieron por algo? A lo mejor era una niña insoportable, yo que sé.

_ Ella no te abandonó, fue su padre el que no quiso quedarse contigo, no ella -me repito a mí misma en voz alta-.

El timbre de la puerta suena y me levanto de un brinco, inspiro y suspiro lentamente varias veces y abro la puerta. Miro a la persona que tengo al otro lado, una chica delgada de más o menos mi edad. Es afroamericana, con el pelo rizado con muchísimo volumen y por los hombros. Su rostro es precioso, con los ojos marrones y una enorme sonrisa que le inunda la cara.

Me quedo quieta, sin poder reaccionar debido a los nervios, sin embargo, ella nada más verme sonríe feliz y me da una abrazo, acto que imito a los segundos.

_ ¡Dios, tenía tantas ganas de conocerte! -grita feliz-.

_ Yo... yo también.

_ Bueno, en realidad no es conocerte, es volverte a ver. Desde que me llamó Jared he estado de los nervios deseando que llegara este día.

La invito a pasar y se queda mirando las fotos que tengo en la entrada mientras meto su chaqueta en el armario del recibidor.

_ ¿Esa es tu hija? -pregunta señalando una foto de Tara-.

_ Sí, es ella.

_ ¿Está aquí? Es preciosa.

_ No, se la ha quedado su padre para que podamos estar más tranquilas.

_ De acuerdo. ¿Es tu pareja?

_ ¿Quién? -miro la foto que señala y me río sutilmente, supongo que lo ha pensado porque en la foto estamos las dos abrazadas a Tara-. No, ella es Ivy, mi mejor amiga y compañera de piso. Actualmente no tengo pareja.

_ Yo tampoco.

Vamos al sofá y hablamos un poco. Cada una cuenta un poco como es nuestra vida en este momento. Ella es profesora de primaria, dice que su profesión es totalmente vocacional ya que le encantan los niños. Yo le cuento que soy madre soltera y a lo que me dedico. Tras unos minutos pierdo todos los nervios que tenía, Trisha es una chica amable y risueña, con una enorme sonrisa pintada con labial rojo que hace que me sienta cómoda.

_ Perdí a mi madre con tres años, falleció poco antes que los tuyos -me cuenta-.

_ Lo siento mucho.

_ Fue duro vivir sin ella -admite-. Mi padre entró en una depresión muy grande, no sabía que hacer, no sabía sobrellevar la muerte de mi madre y cuidar de una niña tan pequeña él solo.

_ ¿De qué falleció?

_ Un accidente de tráfico.

_ Lo siento mucho, de veras.

_ Sé que te resultará raro que quisiera contactar contigo después de tantos años.

_ Sí te digo la verdad sí -le respondo sincera-. He estado estos últimos 23 años sin saber nada de mi familia, no entiendo esto ahora.

_ Yo te tenía como un recuerdo, nada más. Mi padre sentía vergüenza por lo que hizo. Cuando fallecieron tus padres él acababa de perder a mamá y tenía una depresión muy fuerte, no se vio capaz de quedarse con otra niña. Durante años me ocultó tu existencia. Al principio yo preguntaba por ti, le pedía que fuéramos a verte, que quería ir a jugar contigo y todas esas cosas, de niñas eras lo más parecido a una hermana que tenía. Pero con el tiempo todo se acabó borrando de mi memoria, eras como un sueño.

Bright Lights (Luces brillantes) -COMPLETADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora