Cap. 33

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Jared:

Miro a Tara, esta feliz viendo las cabras. Sonrío al verla de cuclillas asomándose por la verja de madera. Estas semanas  la voy a echar de menos.

_ Tara, vamos, hay que seguir el camino.

La niña viene y me da la mano. Como hoy me quedo con ella he decidió traerla al campo a una granja hippie. Puede parecer extraño traerla a un sitio así, pero es donde suelo comprar las frutas y verduras y me dijeron que Tara podría tocar a los animales.

Llegamos a la entrada y la gente me saluda, llevo bastantes años viniendo aquí y ya me conocen.

_ Tara, ¿qué prefieres ver? ¿Las gallinas, las ovejas, las vaquitas o las cabras?

_ ¡La vaquitas!

_ Pues vamos.

Nos acercamos a la zona de las vacas y la niña se queda impresionada por lo grandes que son, si a mí ya me parecen jodidamente enormes no quiero pensar cómo las verá la niña con su tamaño.

Un señor de la granja la ve y la invita a ayudarle a ordeñarla, por lo que la niña se sienta a su lado y ve como el señor la ordeña. Le hago un par de fotos y se las mando a su madre, aunque sé que ahora estará ocupada en otros asuntos, hoy iba a conocer a su prima.

Sonrío al verla. Le he puesto un peto vaquero sobre una camiseta de manga corta, unas botas y un sombrero de paja para que no le dé el sol, va muy granjera.

Tras estar con las vacas vamos a ver una oveja. Tara se acerca un poco a ellas y le hago varías fotos, la niña se lo está pasando bomba viendo tantos animales.

_ Hola Jared, ¿todo bien? -me pregunta uno de los ganaderos-.

_ Sí, hoy me toca hacer de canguro -disimulo-.

_ Mira preciosa.

El hombre se aleja un segundo y le acerca a Tara una ovejita pequeña, supongo que tendrá sólo unas semanas de vida. La niña la coge con ayuda y la acaricia feliz, creo que es imposible tener una sonrisa más grande que la de ella en estos momentos. Me encanta que le gusten tanto los animales. Bueno, debo decirlo, me encanta todo de mi hija.

Aprovecho que he venido para comprar verduras y frutas para toda la semana y volvemos andado al coche, lo he dejado bastante lejos para poder pasear un poco por la montaña con la niña.

Aprovecho el momento para hablar con ella. En un par de días me voy de gira y tengo que contárselo, no me va a ver en más de un mes y para ella será extraño ya que se ha acostumbrado a mí.

_ Tara, tengo que hablar contigo de una cosa -la niña levanta la vista y se me queda mirando mientras anda cogida de mi mano, sus tirabuzones rubios le tapan un poco la cara-. El papi se va a tener que ir un tiempo de viaje.

_ ¿Yo contio?

_ No cariño, no vas a poder venir conmigo. El papá y el tío tenemos trabajo, debemos irnos de viaje lejos durante unas pocas semanas.

_ Yo no quieo que te vayas -me dice comenzando a llorar, yo me agacho y la abrazo mientras dejo que se desahogue un poco-.

_ Ya lo sé mi amor, pero será poco tiempo. Te prometo que te llamaré casi todos los días y que te traeré un regalito.

_ Peooooo (pero)...

_ ¿Qué quieres que te traiga? ¿Una muñeca, un peluche?

_ Un peluxe.

La niña sonríe un poco y volvemos a casa. Tras comer nos pasamos la tarde jugando juntos en la casita que tiene en el jardín, jugamos a tomar el té, a escondernos, pintamos... Simplemente disfruto de mi hija cada segundo posible.

Bright Lights (Luces brillantes) -COMPLETADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora