Cap. 20

237 14 251
                                    

Hela:

Me pongo las gafas de sol y bajo a Tara del coche. Vamos poco a poco hasta llegar a un lugar apartado del resto de la gente, voy bastante cargada y me cuesta llevarlo todo. Mi hija va delante con su cubito y su pala contenta, siempre me ha parecido adorable la forma que tiene de andar, meneando el culete.

Dejo todos los trastos y me pongo a colocar la sombrilla, pero en el intento noto unas manos a mi lado, por lo que me asusto.

_ Te ayudo yo.

_ ¡Papi! -dice la niña levantándose corriendo para abrazarle y darle un beso, yo sonrío-.

Jared pone la sombrilla y le quito el vestido a Tara, quedándose con un bañador de florecitas. La niña va corriendo al agua con su cubito para llenarlo, vuelve con él cargada y se queda en un lado con arena mojada, le encanta jugar con eso. Cuando ya lo tengo todo bien puesto me quito mi vestido y me tumbo en la toalla vigilando a la niña. Me doy cuenta de que Jared me mira y traga pesado, pero yo decido ignorarle, aunque no quite los ojos de mí.

Tras unos minutos se queda sentado en una silla plegable mientras vigila a la niña, por lo que yo me relajo un poco.

Cierro los ojos y me adormilo, estar aquí, con la arena bajo mi toalla, el olor a mar, su sonido relajante, el calor del sol dándome en la piel... es imposible que no se me cierren los ojos un poco.

Cuando los abro encuentro a mi hija jugando con su padre haciendo un desastroso castillo de arena, no entiendo cómo Jared puede ser tan torpe para estas cosas. Me río, Tara está feliz ayudando a Jared, el cual parece un bicho raro, con un bañador oscuro con cactus dibujado, una camiseta de surf y un sombrero de paja medio roto. Me fijo en su cuerpo, está más delgado de lo habitual, supongo que llevará una temporada con mucho trabajo y no ha tenido tiempo de hacer deporte. Jared siempre ha tendido a estar delgado, o puede que esté así por algún papel.

Aun así sigue teniendo los músculos marcados, suele tenerlo excepto cuando su delgadez es extrema o engorda muchísimo, ambos casos los ha vivido para interpretar papeles. Aunque yo pienso que eso no puede ser bueno.

Muerdo mi labio inferior, aunque esté más delgado mi cuerpo sigue reaccionando igual que lo hacía antes. Suspiro, esto es peor aún, llevo cuatro años sin tener ninguna relación sexual, por lo que mi cuerpo me traiciona y grita emocionado al ver la escena.

Suspiro e intento enfriar mi cuerpo un poco bebiendo agua. Me extraña mi reacción, si no he tenido sexo es porque no he querido, he tenido más de una oportunidad y algún que otro pretendiente que rechacé al no sentirme preparada. Pero ahora lo que mi cuerpo me dice no es lo mismo. Supongo que cuatro años son demasiados, demasiado tiempo sin hacer nada.

Recuerdo el aparatito que me regaló Ivy por uno de mis cumpleaños, es un vibrador igual que el que tiene ella. Me río al recordar el momento, según mi amiga después de probarlo ya no iba a echar de menos a un hombre jamás. El juguete es divertido, no lo voy a negar, cumple su función, pero no tiene nada que ver. Para mí el famoso dildo lo único que hace es satisfacer la necesidad primaria del cuerpo, pero no tiene nada que ver. Supongo que, aunque suene muy cursi, a mí lo que me gustaba era hacer el amor, no tanto practicar el sexo. Pese a eso, lo que me pide mi cuerpo ahora mismo es otra cosa, es un instinto más salvaje, aquí el amor no tiene nada que ver.

_ ¿Qué hacéis? -pregunto levantándome de la toalla para intentar quitarme las ideas-.

_ Es el palacio de las princesas, igual que el de disneyland -dice Jared animado-.

_ ¡Diney!

Me río por el entusiasmo de mi hija, el castillo será horrible, pero para mi hija es una obra de arte.

Bright Lights (Luces brillantes) -COMPLETADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora