Novios Por Contrato |S. M.|

Capítulo 29 - No Quieras Culpar A Alguien Más Por Tus Errores

Shawn había aparcado en la entrada de la casa de mis padres. Me sentía mal después de contarle a Stella todo lo que paso en París y lo que pasó hoy con Luke. Apenas podía sostenerle la mirada a Shawn, solo sentía culpa.
Entramos a casa y mi madre nos recibió con una sonrisa amplia.
Shawn fue a saludar a mi padre y aproveche para hablar con mi madre.

—Tendrás que decirle a papá lo que ocurre con Jade.

—Aún no —. Mordió una de sus uñas.

—Debes hacerlo. Papá te ha notado extraña y me pregunto que te pasaba. Casi se lo digo hoy. El quiere hablar conmigo de eso está noche, si no se lo dices tu, lo haré yo—. Ya no pudo responder, mi padre se acercó para saludarme.

La cena me había resultado un poco incomoda, entre que mi padre quería que le contará lo que pasa con mamá y que había descubierto que aún tenía sentimientos por Luke teniendo a Shawn a mi lado resultaba estresante.

—Tú regalo te encantará —. Dijo Jade emocionada y salió de el comedor para ir por el regalo de Papá.

Llegó más rápido de lo que creí y le dio a mi padre una caja color gris con un moño azul marino.
Papá tomó la caja entre sus manos y abrió el regalo, sacando de la caja un abrigo verdaderamente lindo.
A mi padre le encantaban los abrigos y al parecer este nuevo saco era el favorito de el.

(...)

Jade estaba en la cocina comiendo un poco de pastel junto con Maggie, la cocinera que mamá había contratado.

—¿Ya podemos hablar? —. Dijo papá a mi lado.

Trague saliva y mire a mi madre nerviosa. Ella entendió lo que pasaba y se acercó a nosotros.

—Creo que los tres podemos hablar—. Le dijo a mi padre.

Mi padre señaló su oficina de casa y mamá camino hasta él. Mire a Shawn que me miraba un poco extraño.

—Es hora de la verdad. ¿Puedes cuidar que Jade no entre? —. Pregunté.

Shawn solo asintió y fue hasta la cocina con Jade y cerró la puerta.
Yo entré en la oficina dónde papá ya estaba sentado con una copa de vino en las manos.

—Las escucho —. Nos miro.

Podía sentir el nerviosismo de mi madre. Podía ver el sudor de su frente y el palidecer de su piel.

—Ésto es algo delicado papá —. Comencé —algo de lo que yo me acabo de enterar.

—¿Tan grave es para que estén tan tensas? —. Dejo la copa sobre el escritorio y nos tomo las manos a ambas.

—Tiene que ver con Jade —. Habló mi madre finalmente. —Es un secreto que he estado guardando por mucho tiempo —. Papá nos miraba atento, sin expresión alguna.

—¿Vas a decirme que no es mi hija? —. Dijo en broma riendo. Mamá se mantuvo sería a lo cual mi padre dejó de reír y me miró.

Las lágrimas habían comenzado a brotar de mis ojos y caían por mis mejillas. Se puso de pie mirando a mi madre con furia, con enojo.

—¿Quién es el maldito con quién te revolcaste? —. Mamá bajo la mirada, no podía articular ninguna palabra.

—Demien Fablet —. Dije —el me lo contó hace unos días en París. Mamá me lo confirmó hace poco.

—¿Por qué no me dijiste?.

—No era mi deber hacerlo. Era el de Mamá —. Apenas podía mirarle —Solo no te enojes conmigo.

—No estoy molesto contigo. Lo estoy con tu madre —. Escupió con ira. —Jade es mi hija. Tenga mi sangre o no es mía. Yo la recibi en el hospital. Yo corte su cordón umbilical. Yo la vi crecer, es mía, no de Demien.

—Claro que si papá —. Abrace a mi madre.

—En cuánto a ti —. Apunto a mi madre. —Quiero el divorcio y quiero el derecho de ver a MI hija—. Se dio la vuelta y salió.

Mi madre cayó en llanto mientras yo la consolaba mientras acariciaba sus brazos.

—Fue lo correcto —. Le dije mientras depositaba un beso en su cabeza.

—No quería decirle, pero tuviste que decir que sabías que pasaba—. Ella se alejo de mí agarre.

La mire unos instantes. ¿De verdad iba a culparme de ésto? Negué con la cabeza y me puse de pie.

—No quieras culpar a alguien más por tus errores mamá. Si no querías que ésto sucediera debiste pensarlo antes de andar buscando consuelo en otra cama—. Mi mejilla ardió.

Mi madre me había abofeteado tan fuerte como pudo. Perdí el equilibrio unos segundos pero lo recobre.

—No me hables así, que soy tu madre.

—Entonces no busques culpables, cuándo la única culpable aquí eres tú.

Me di la vuelta y salí de la oficina de mi padre, cubriendo mi mejilla con mi mano.

Llegué hasta la cocina dónde papá hablaba con Shawn. Ambos me miraron, Shawn torció la boca un poco.

—¿Y Jade? —. Pregunté buscándola con la mirada.

—La envié a la cama, tiene un examen importante mañana—. Respondió mi padre mirando su copa de vino.

—¿Que te paso ahí? —. Shawn se acercó a mí, descubriendo mi mejilla. —Está roja—. Papá me miró preocupado.

—Un pequeño rose con mi madre—. Me limite a responder —. Te veré mañana en tu oficina, ¿si? —. Mi padre asintió y salí de la casa con Shawn pisando me los talones.

En el camino había estado muy callada, pensando en todo lo que le dije a mi madre en la oficina. No debí responderle de esa manera, pero ella tampoco debió culparme por hablar de la verdad.
Papá merecía saber la verdad, Jade era la niña de sus ojos, pero no era suya totalmente.
Me dolía saber que mi padre miraba con tanto amor a Jade y creyera que fuera suya, mi madre había fallado como esposa, y ahora fallaría como madre.

—¿Estás tan seria por lo de hoy? —. Shawn me sacó de mis pensamientos.

No me había dado cuenta de que ya habíamos llegado a la puerta de mi casa.

—Si... Lamento estár tan distante.

—Entiendo por lo que estás pasando y sabes que siempre estaré contigo, para apoyarte —. Shawn tomó mi mano y la acarició.

—Eres tan bueno. No te merezco —. Una lagrima rodó por mi mejilla.

—¿De qué hablas? No vuelvas a decirlo —. Me abrazo fuertemente.

No pude evitar echarme a llorar en su pecho. El era tan bueno y yo comenzaba a pensar en otro hombre.
Mis sentimientos por Luke seguían ahí, y mis sentimientos por Shawn luchaban contra todo, estaba entre la espada y la pared.
Luke podía dañar me de nuevo. Shawn podía sanar la herida que pudiera dejar.
Solo tenía que elegir. Hacerle caso a mi corazón, pero éste estaba partido en dos.

—¿Podrías quedarte? —. Pregunté entre llanto.

—Todo el tiempo que quieras —. Respondió dejando un beso sobre mi cabeza.

El era un encanto, y yo un gusano.

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Perdonen la tardanza, pero aquí les dejo un capítulo más ❤️