Parte 260: En silencio

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Tras una partida en el Bosque Retorcido, Thresh se encontraba sentado en una de las varias salas donde descansaban los campeones, o en su caso una con las luces fundidas.

Junto a él se encontraba su mujer Evelynn, quien también había tenido una muy erótica partida que involucraba a Riven y que dejaremos para... nunca.

"Y así me fue en mi partida" - explicó la diablesa - "¿Y bien?"

"¿Cómo hiciste todas esas cosas a oscuras?"

"Puedo ver las feromonas en la oscuridad..."

"Esto te lo acabas de inventar, ¿verdad?"

"¿Quieres que lo comprobemos?" - le preguntó lascivamente

"Quiero poder salir a cazar almas sin que mi cuerpo empiece a arder"

"Te quejas mucho" - dijo cruzada de brazos - "¿Sabes lo mal que le viene este estado a mi blanquecina piel?"

"Si no puedes ponerte morena... ¿qué más da?"

"¿Entonces qué crees que me pasaría?"

"Te quemarías, igual que a mi" - le dijo poco preocupado

"Esa Kalista ha tenido suerte de tener un enchufe"

"Oh, si, al menos ella no está atrapada con yordles, pirados, mujeres con espada y la nigromante más lasciva de la grieta"

"Gracias, querido"

"No era un cumplido" - gruñó el espectro

Tras algunos minutos Evelynn acabó marchándose a otra partida, aprovechando que era todavía de noche, mientras el carcelero daba una vuelta.

Su principal idea era visitar a Viktor para ver si había encontrado alguna solución.

"Grgrrr..." - se escuchó un gruñido

"¿Mmmm?"

Thresh se encontraba solo en el pasillo, sin nadie a su alrededor que pudiera haber hecho ese ruido que le resultaba algo... familiar...

"¿Algún fantasma?" - preguntó tranquilamente

"........"

Nadie respondió a su pregunta, pero notaba cierta presencia.

"Chsst, luego hay un poltergeist y gano mala fama..." - mascullaba con odio

"........"

El carcelero continuó caminando hacia el laboratorio del Instituto, en el cual no estaba el científico. Solamente estaban Taliyah y esa rata azul amigo de Veigar.

"Te estoy diciendo que te estés quieto"

"Llevo inventado cosas desde hace años, conozco perfectamente la tabla rúnica"

"Pues deja de jugar con el ácido"

"Armas mucho jaleo para unas piedras"

"Por última vez, son minerales" - le decía con enfado la maga

El nigromante no soportó por mucho más tiempo aquella escena. No soportaba a los vivos y mucho menos a los adolescentes.

"Estúpidos críos... cinco minutos más y seguro empiezan a hacer..."

"......."

"¿Mmmm?" - volvió a girarse - "Me estoy hartando, ¿hay alguien o no?"

"........"

"Como sea otro Sangriento..."

Aunque pareciera mentira todavía se escuchaba el jaleo del laboratorio, de los campeones de la academia y esa extraña presencia.

Él solo quería permanecer en silencio, por lo que marchó a su habitación.

"Hecho de menos dormir..." - decía mientras se sentaba en su cama

"........"

"Ya estás tardando..."

El esqueleto solo podía permanecer sentado hasta hacerse de día y luego seguiría así hasta caer la noche. Realmente había caído muy bajo.

La puerta de su habitación también se abrió repentinamente, aunque sin romperse.

"Genial, hora de la revelación"

"Thresh...."

"Mi linterna no ha detectado algún nigromante... y tienes cierta paciencia, me atrevería a decir que eres... ¿Rengar?"

El león humanoide salió de su estado de invisibilidad, con machete en mano y mostrando sus dientes. Parecía que iba a intentar romperle el cráneo.

"Muy intuitivo" - dijo a modo de elogio

"Tampoco es para tanto, aunque el Rakkor se aloja a las afueras"

"Esta vez no vengo por Pantheon..."

La Cripta de Thresh Vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora