Parte 307: Bajo las estrellas

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Era una noche muy tranquila, la academia parecía que estaba en total calma y habían pasado días desde que Thresh había evitado el alzamiento de la Luna Sangrienta.

En una noche perfecta como esta se encuentran un par de campeonas en el césped, observando las estrellas del cielo nocturno.

"¿Y qué constelación es esa?" - preguntó Lulu

"Esa es la caída de Shurima"

"¿Y esa otra que hay a la derecha?"

"Esa es el alzamiento de la Banana"

"¿De la banana?"

"Yo no le puse el nombre" - admitió Soraka

"Que nombre más..."

"¡Lulu! ¡lulu!"

"Ese grito... debe de ser... ¡Nami!"

Nami apareció flotando a gran velocidad para reunirse con la yordle y la semi cabra, intentando sentarse en la frondosa hierba.

"¿Me he perdido algo interesante?" - preguntó sonriente

"Soraka estaba hablando de las bananas"

"¿Las bananas? Nautilus siempre dice que los humanos son como las bananas, seres a los que arrancar la cascara y..."

"Creo que Lulu se ha expresado mal, hablábamos de estrellas"

"Oh, cierto, Lulu dijo que veríamos estrellas"

La sirena levantó la mirada y vio el inmerso cielo lleno de estrellas, momento en el que soltó su lanza para acomodarse.

"En el fondo del mar no hay estas vistas"

"En la mansión de Veigar tampoco"

"En Jonia si" - comentó Soraka - "Aunque estas también son muy bonitas... me recuerdan a los bosques en los que vivía..."

"Yo una vez viví en un bosque... o más bien en un tronco en un bosque..."

"No creo que sea lo mismo, un bosque gana a un tronco" - conjeturó la sirena

La ser celestial cerraba los ojos y encontraba consuelo en las estrellas.

A lo largo de su vida se había encontrado siendo presa de Warwick o de los Noxianos, viéndose impotente ante el poder de Karthus o siendo infravalorada por el propio Aurelion.

"Soraka, tu eras la hija de las estrellas, ¿verdad?"

"Así me llamaban los que me conocieron por primera vez" - afirmó la mujer mayor - "Me llamaron así al alzar mi bastón y hablar en el nombre de ellas"

"¿Hablar en su nombre?" - se extrañó Lulu

"Las estrellas poseen poderes impensables para la mente humana... tomé prestado un poco de su poder y curé al pueblo de Jonia..."

"Oh... qué misterioso..."

"Fue ahí que decidí quedarme entre los mortales"

"Pero yo lo decía porque no puedo imaginarme a una estrella pariendo" - dijo Nami

La bruja y la híbrida le miraron un poco extrañadas a pesar de que ya sabían del comportamiento de la sirena con algunas especies terrestres.

"Tu joya de la luna también es del espacio exterior" - comentó la mujer cabra - "Ambas usamos un tipo similar de magia"

"Supongo... mi joya también es importante para mi pueblo"

"Hay quienes dicen que las estrellas pueden purificar las almas..."

"Recuerdo haber visto estas mismas estrellas una vez"

"¿Fue una buena experiencia?"

"Fue... fue fantástica..."

Ella sonrió mientras recordaba haberlas visto con el Maestro del Mal mismo, en un lugar parecido y con la misma brisa, todo un gran momento.

"A veces una estrella puede cogerte cariño y seguirte, ¿lo sabías?"

"¡¿En serio pueden hacer eso?!" - gritó la yordle ilusionada

"Por supuesto... la mía de hecho brilla en el centro"

"¿La que aparece alejada del resto?"

"Si, para mi es la estrella que más brilla y siempre acude cuando la llamo..."

La cabrita sonrió mirando fijamente aquel punto de luz en el firmamento, recordando con añoranza sus orígenes.

"¿Y tiene algún nombre?" - preguntó Nami - "Porque sino debería tener un nombre"

"No tiene nombre en sí, pero algunos la han llamado... Plegaria..."

La Cripta de Thresh Vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora