Parte 284: Una carcasa vacía

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Tras pasar la mañana cuidando a su lastimada novia, el artesano de la guerra se encontraba en compañía de Thresh, quien había traído al petrificado Matadragones.

Cabe mencionar que esto no le hacía mucha gracia a Cassiopeia, quien miraba sin mucho interés cómo los campeones se preparaban.

"¿Vaiss a tardar mucho?" - preguntó la lamia

"Solo es un alma corrupta" - respondió Thresh - "Bastará con absorberlo"

"Entonces, ¿ese es tu plan?"

"Si, ¿tienes algún problema con mi plan?"

"No creo que me necesites si solo le vas a absorber"

"Tu estas aquí por si se descontrola la cosa y alguien tiene que pelearse con él"

"¿Le vass a ussar como ssaco de boxeo?" - se irritó la víbora

"Eso suena un poco sombrío... más bien como un gigante sin cerebro que muera por la causa de las sombras" - dijo sonriendo

"Cuida tus palabras, carcelero"

"Vale, vale... ahora prepárate para el peor de los casos"

El nigromante agarró su guadaña y la clavó en el pecho del ser petrificado. Pero a medida que las rocas caían únicamente se veía la armadura de este.

"Lo hass abssorbido muy rápido"

"No lo he absorbido... no estaba... no había nada..."

"Es extraño, recuerdo que el ataque le dio de lleno" - dijo mientras lo inspeccionaba - "Incluso la armadura es autentica"

"Yo noté energía espectral en él, tenía que ser un fantasma"

"Pues no lo es, ¿sigues detectando energía?"

"Hay leves rastros, pero no... he echado a perder mi tiempo..."

El espectro se dio la vuelta malhumorado al ver que había gastado esfuerzos en intentar recolectar el alma de un maldito Rakkor.

"¡Fantassma!"

"¿Qué quieres ahora?" - preguntó irritado

"¡Recoge essa bassura!"

"¿Los trozos de piedra? Que yo recuerde los causaste tu"

"¡Tu eress el que ha traído essa cossa aquí!"

"¡Deja de gritarme! ¡Soy el carcelero de las almas perdidas! ¡Aquel que causa pesadillas en los más oscuros corazones!"

"¡Y yo ssoy Cassiopeia DeCoteau! ¡Poderossa y gran Noxiana!"

"¡Me río de tu concepto de poderosa!"

"¡Habló el chisste de lass Isslass de lass Ssombrass!"

Los dos siguieron peleando mientras Pantheon recogía el polvo y las piedras dejadas por el extraño Metadragones, preguntándose que había pasado.

El carcelero finalmente se marchó lo más rápido posible de aquel lugar para no escuchar sus tonterías.

"Esse maldito fantassma...."

"Cassiopeia, ¿puedo hacerte una pregunta?"

"Depende" - le dijo aún malhumorada

"¿Tu llegaste a ver cómo el MataDragones pegaba a Shyvana?"

"Fue muy emocionante ver como cassi le rompe essos dientess de dragón"

"Muy gráfico... comentaste que le rodeaba un aura o algo así"

"Un aura roja o anaranjada o de fuego, no recuerdo bien"

Pantheon agarró la armadura del misterioso atacante y la puso sobre su mesa, cruzándose de brazo y pensando detenidamente.

"¿Qué ess lo que esstáss penssando?"

"Solo cosas mías" - dijo tranquilamente

"¿Qué vass a hacer ahora?"

"Posiblemente vaya a la grieta...."

Los ojos de la lamia se clavaron en él, estrechándose y formando una mueca similar a un enfado, cosa que Pantheon notó en el momento.

"O me quedo hasta que te recuperes..."

"Un detalle basstante esstúpido... pero lo acepto"

"Es curioso, siempre te peleas con Thresh, pero gracias a él pude conocerte"

"Monte Targon, tarde o temprano te hubiera encontrado"

"¿Quién sabe? Igual sin la insistencia de Evelynn no..."

Cassiopeia le agarró la cara con sus garras y le miró fijamente con desaprobación.

"Termina la frasse y no llegaráss a nuesstra primera cita...."

"Casi pareces una colegiala adolescente" - dijo en seco

Aquella noche Pantheon consiguió algunas cicatrices más alrededor de sus ojos.

La Cripta de Thresh Vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora