La Cripta de Thresh Vol.2

Parte 302: Los reyes se encuentran

Han pasado pocas horas desde que Thresh vio a su madre por última vez y ahora nos encontramos en el inframundo del Rey Arruinado.

El hombre de armadura colosal y oscura se encuentra sentado en su trono y esperando a reunirse con la nigromante conocida como Kalista.

"¿Qué es lo que quiere? Majestad" - preguntó fríamente

"Kalista... ¿ha traído Thresh las almas Sangrientas?"

"Si, señor, las dejó y marchó al cementerio principal de las Islas de las Sombras" - comunicó sin relajarse

"¿Cuántas han sido en total?"

"En total cuatro almas Sangrientas"

"Solo he notado la marcha de tres almas...."

"Estamos teniendo problemas con una en específico"

"¿Problemas? Ningún alma de sangriento ha dado problemas"

"Esta parece ser la excepción"

"Tráela... de inmediato..." - ordenó alzando su mano

"Como usted ordene..."

La espíritu de azul aceptó a malas y se fue para poder ir a por ese alma tan revoltosa que no había dejado que la eliminasen tan fácilmente.

El alma en cuestión tenía aspecto de mujer, con ropajes rojos.

"Por favor, ten más cuidado con esa lanza" - le pidió la Reina Sangrienta

"Dame una razón para no clavartela"

"¿El rojo me sienta mejor?"

"Las cómicas como tu siempre son..."

"Un encanto, lo sé, cielo..."

"Grgrrr...."

"Espero que no me hayáis traído aquí para una... ejecución..."

Desde el punto de vista del Rey, ella era muy similar a una mortal colaboradora del carcelero, salvo los colores rojos y esa vestimenta que no había visto antes.

La impresión de la Reina fue más notoria, pues en toda la sala no se veía nada a excepción de los rojos ojos del Rey y su armadura oscura, la cual veía incluso en la oscuridad.

"¿Tu eres el alma Sangrienta que no cesa?"

"Si, soy yo, señor...."

"Él es el Rey Arruinado" - declaró Kalista - "El oscuro gobernante de las que una vez fueron conocidas las Islas Bendecidas"

"Puedes retirarte... Kalista..."

Tras decir esto la fantasma de azul se marchó tras una mirada de desprecio al rey.

Mientras tanto la Reina usaba su magia para adquirir su antiguo cuerpo de Reina Sangrienta, la cual parecía ser el cuerpo de Syndra con su vestido rojo.

"¿Osas usar magia delante mía? Sucia alma sangrienta"

"Una dama debe verse impecable frente a un rey"

"Y también frente a su verdugo..." - dijo amenazante

"He notado la tensión, ¿también tienes problemas con tu hija?"

"Sobrina... y está en lo correcto con temerme..."

"No dude de ello su grandeza..."

"¿Con qué nombre se te conoce?"

"Me llaman... la Reina de la Luna Roja o Reina Sangrienta..."

El gobernante oscuro pudo notar en ella un alto nivel de poder, similar al de Karthus...

El sonido de las almas en pena llegaron a la Reina, quien se sorprendió al no ver ninguna perteneciente a su Familia de Sangre.

"Ese es el destino que buscas, mujer"

"¿Seguro? ¿No hay posibilidad de cambiar eso?"

"Aquí solo existe una forma de sobrevivir... y esa es servirme..."

"Mmmm...."

La mujer se cruzó de brazos y levantó su ceja. Contemplando las posibilidades, pues técnicamente era viuda y su marido había intentado matar a su pequeñín.

"No me refiero a esa formar de servir, espíritu infame"

"¿Seguro? Porque no rechazaría un café"

"¡¿Con quién te crees que estás tratando?!" - gritó lleno de furia

El cuerpo de la espectral ser se congeló (metafóricamente), empezando a inundarla una especie de dolor que comenzó a dejarla poco a poco sin aire.

El Rey Arruinado, sin embargo, notaba que no toda su alma era corrupta por lo que... ¿podría ser una candidata a ser una de sus nigromantes?

"Dime... ¿estarías dispuesta?"

"¿A servirle? Cof... cof... bueno, sería todo un honor... su alteza..."

"Te daré una oportunidad para me muestres lo que vales"

"Cof... eres muy rudo... con las señoritas..." - sonrió antes de recuperarse - "Aunque creo que podré impresionarte..."