Parte 296: Mensajes

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Mientras Thresh se encontraba en Noxus, su esposa (la hacedora de viudas Evelynn) decidió desahogarse un poco con su amiga Cassiopeia.

Con desahogarse nos referimos a contarle todo lo sucedido en las últimas... ¿diez partes? así que no vamos a volver a resumir eso.

"¿Hass terminado?"

"Sí, eso es todo, ¿debería permitir a Thresh matar a su madre?"

"¿Eress conssciente de que ya esstá muerta?" - le preguntó la serpiente

"Él y yo estamos muertos también"

"Ajá..." - la lamia no le prestaba mucha atención

"Cassiopeia, tu tienes notables problemas familiares, dime qué hacer"

"Debería desspellajarte por lo que hass dicho..."

"¿No puedes hacerlo en otro momento? Tal vez con un látigo, cuero y..."

"Esstáss a una palabra de que me vaya" - dijo fríamente

"De acuerdo, de acuerdo..."

Evelynn estaba totalmente desatada con todos sus problemas, llegando a nublarse su juicio.

"Entonces... ¿algún consejo?"

"Mata a la vieja de la luna antess de que sse oss vaya de las manoss... otra vez"

"Pero es su madre, y quería...."

"Quería ressucitar a todoss essoss entess que Thressh ha encarcelado, ¿qué creess que harán despuéss? ¿invitarle a un helado?"

"Tu... tu..."

"¿Tengo razón?"

"Tienes razón..." - dijo algo decepcionada

"Ademáss, no sserá tan buena ssi abandonó a Thressh y esstuvo conforme con ssu padre en ussarlo como recipiente"

"Ahí se veía más..."

"Evelynn, no te desscentress del tema principal"

"Seguramente sea lo mejor"

"Ssiempre hacéiss lo missmo cada tantoss messess, no ess nada raro"

"Te comportas muy fría con todo esto"

"Esso ess porque ssiempre acabo de por medio" - dijo algo rencorosa

"Tranquila, no hay modo alguno de que eso suceda... creo"

Mientras tanto Pantheon se encontraba en su casa, preparándose para ir nuevamente a la grieta del invocador para seguir combatiendo.

"¿Dónde habrá dejado Cassio mi escudo?" - se preguntó mientras buscaba - "No me gusta cuando rasga sus garras con..."

Extrañamente la armadura del Matadragones tampoco estaba en su sitio y aún no la había llevado a la biblioteca con Zilean.

"Odio que haya tanto desorden..."

"Eh, Rakkor de segunda" - le llamó una voz conocida

"¿El Matadragones? ¿Cómo es que estás vivo?"

"Averígualo, patético hijo de Targon"

"¿Se supone que eso último es un insul...."

El guerrero de morado sacó sus alas y dio un gran salto hacía la academia de guerra. Pantheon salió y decidió seguirlo, aunque corriendo en lugar de saltando.

Tardó un poco, pero consiguió llegar al lugar donde cayó con relativa facilidad.

"Estoy seguro de que fue por aquí...."

"Buenos días" - le saludó una invocadora con rostro oculto - "¿Con prisas?"

"Invocadora, ¿has visto a un guerrero de Rakkor por aquí?"

"Si, señor Pantheon, iba en dirección a la biblioteca..."

"Gracias, invocadora" - dijo antes de irse

La invocadora se quitó su capucha, revelando ser una especie de maniquí en lugar de una humana, que cayó al suelo sin hacer mucho ruido.

Por su parte, Cassiopeia estaba regresando a la casa que compartía con Pantheon.

"Ya sse ha ido... ¿dónde esstára mi..."

La lamia observó rastros de ceniza donde antes estaba la armadura del Matadragones.

"Pantheon sse la habrá llevado a..."

Una serie de pisadas encenizadas iban desde donde estaba la armadura hasta el exterior, con algo de prado quemado a su alrededor.

"Podría avissar a Thressh y arriessgarme a ver de nuevo a Evelynn... o ssalvarle de una possible amenaza..."

Eligió entrar en su casa y cerrar la puerta, aunque algunos segundos después salió a regañadientes y puso rumbo hacia la academia.

"Como vuelva a meternoss en un lío..." - gruñaba la víbora

Tranquila, no hay modo alguno de que eso suceda... creo

"Como odio tener razón..."

La Cripta de Thresh Vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora